Publicado en Diario de Noticias de ílava el 24 de junio de 2008Â
Definitivamente esto de aparcar se está poniendo imposible en Vitoria ““ Gasteiz. Sale uno a la calle y no es que haya atascos, es que todos andamos buscando un sitio donde aparcar. Y no es broma, no. Está la cosa tan complicada que ni los parkings encuentran sitio donde aparcar. Al pobre parking de la zona centro le hicieron salir de la plaza toros. Aparcó en las universidades y le echaron. Se dio una vuelta por la plazuela de la estación y le dijeron que no había sitio, y cuando todo ilusionado encontró un huequillo en la plaza Amárica aparecieron los de la OTA (Oposición Tenaz y Atenta) y le indicaron que no, que ahí tampoco se podía aparcar un parking. En el casco viejo ya había mirado pero le salía un poco caro, y en la Virgen Blanca habían aparcado hace tiempo un monumento y ya no se cabía. Y eso que al monumento muchos le decían que se fuese a Jundiz, a Lisboa o a la Plaza de Trafalgar en Londres, pero el otro ni moverse.
Total que mientras discutía el parking errante con los de la OTA se montó un atasco descomunal. El auditorio empezó a tocar el claxón. Parece que por fin tenía plaza. Un poco lejos, pero un sitio es un sitio aunque no sea como para ponerse a bailar o a montar óperas. Un poco más atrás el ayuntamiento silbaba disimulando. También había tenía su plaza, claro que, con los ánimos que tenía el parking, si se enteraba de que era a costa de un primo suyo de nombre San Martín, lo mismo se la montaba. Igual no le hubiese hecho ascos a un sitio que había ahí cerca, pero”¦ El tren pasó pitando tan contento, ¡me van a hacer un parking soterrado! Claro que un autobús que estaba en el atasco le miró compasivo. ¡Como tarden tanto en enterrarte a ti como lo que lleva mi estación en doble fila lo llevas claro! Un poco más atrás andaban también un grupo de tractores, una antena que parecía la torre Eiffel y hasta un grupo de menores.
El caso es que, paradojas que tiene Vitoria, mientras todos andaban circulando a la busca y captura de su aparcamiento, una nube de municipales, miñones, policía nacional, guardia civil, y hasta el ejército mirando de reojo, vamos, que solo faltaba la ertzaintza, andaban haciendo indicaciones a una consulta que circulaba por ahí para que aparcase. Y la pobre que no, que quería seguir circulando. Y ahí que andaban todos preparando el cepo y el talonario.
En fin, que visto lo visto, un servidor se coge el portante, y puesto a buscar sitio para aparcar un rato, que casi lo busco en Benidorm, que además tiene playa.
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