A veces los chistes nos hacen reir cuando, mirando un poco hacia dentro debieran hacernos llorar, o cuando menos reflexionar. Digo esto porque cuando pienso en la relación que hay entre el tiempo y el dinero, así en términos generales, o por mejor decir vitales, siempre recuerdo un chiste que es más que un chiste.
Habla de un turista que encuentra, bajo el porche de su destartalada cabaña, a un paisano tranquilamente sentado contemplando el campo y bosque que se extiende frente a él. El turista le pregunta al paisano por el propietario de todo lo que está a la vista, y el otro contesta que es todo suyo. ¿y por qué no limpia de maleza parte de este campo y pone unos tomates? ¿Para qué? contesta el otro. Hombre podría venderlos en el mercado y sacaría buenos beneficios. ¿y? pues que con ellos podría comprar más herramientas y plantar otros productos. ¿y? Pues que así tendría dinero suficiente para comprar maquinaria y poder desrozar el bosque ¿para qué? podría poner ganado, y plantar frutales y plantas forrajeras… ¿y? pues que podría tener empleados y comprar supermercados y barcos y camiones para vender sus productos. ¿y? pues que podría comprar casas en monaco, en el caribe, en luxemburgo… ¿y? Pues que podría pasarse la vida tranquilamente disfrutando de sus riquezas mientras su imperio comercial y financiero produce para usted. Mire, no entiendo de finanzas y mercados, pero de lo primero si, y es lo que hago, paso la vida tranquilamente disfrutando de la riqueza de ver lo que tengo delante.
Pues eso. Que esta sociedad que nos ha tocado vivir nos empuja a enterrar nuestro tiempo en una loca carrera por ganar dinero con el que poder vivir bien, según nos dicen. Y al final, lo que venimos a hacer es vivir presos de nuestras obligaciones y sacrificar lo más valioso que tenemos, el tiempo, a cuenta de quimeras y sin quedarnos siquiera con tiempo para los sueños. Si no lo hacemos así somos vagos. Y si lo hacemos somos más tontos de lo que nos creemos.
Te pasas la mitad de tu existencia corriendo delante del tiempo, (sobre todo para llegar antes de que tus papis se levanten por la mañana) y la otra mitad viendo como el tiempo
corre por delante de tí.