Publicado en Diario de Noticias de ílava el 13 de septiembre de 2008Â
Anteayer se reactivó la Ponencia para analizar la incorporación administrativa del enclave de Treviño en ílava en el Parlamento Vasco. Anteayer o cuando sea debería haberse activado una ponencia para analizar las necesidades reales de la población del enclave, y la adecuación de sus infraestructuras, servicios, ordenación, administración y legislación para la realización de forma no traumática del proceso de integración administrativa en ílava. Parece lo mismo pero no lo es.
Hablar de reactivación es cuando menos paradójico en algo cuya actividad ha sido prácticamente nula y que, por otra parte, aunque hubiese tenido mucha actividad esta actividad no hubiese dejado de ser en cierto modo inactiva.
Y es que como venimos denunciando algunos desde hace tiempo, en este asunto sobran posturas y testimonios, y faltan movimientos y actuaciones. Y falta sobre todo asumir que, como decía la canción, el tiempo pasa, y aquí, aparte de irnos poniendo viejos, las cosas están cambiando. O sabemos leer, comprender y adecuar actuaciones y estrategias a esos cambios, o esto del contencioso puede pasar de batalla anunciada a guerra perdida.
No podemos seguir eternamente anclados en el romanticismo del pasado. Dedicarnos a estudiar la historia con orgullo de alaveses, y contar una y otra vez, como abuelos cebolletas, los actos masivos, las reivindicaciones unánimes, las manifestaciones, fiestas, conferencias, consultas y demás eventos vinculados al mítico Treviño Araba da. La realidad socio-política del enclave está cambiando a una velocidad vertiginosa. La población autóctona, la que vivió con intensidad todos estos eventos y momentos, está a menudo viviendo de facto en Vitoria, mientras que los “hojalateros” (urbanitas metidos a chaleteros), que como ciudadanos de derecho son cada vez más numerosos en términos absolutos y relativos, están más preocupados por cuestiones bastante más prosaicas tal como ocurre en otros muchos sitios.
A estos nuevos ciudadanos les preocupan más que nada sus condiciones de vida, sus servicios sociales, médicos, asistenciales, educativos, etc. Dan más importancia a un autobús o una farola que a una pegatina o un mástil vacío. Valoran más un centro social o una ludoteca que una ponencia, un testimonio o una postura. Prefieren actuaciones como la de la subvención de los libros de texto (aún cuando haya tenido que mediar una denuncia pública del asunto para lograrla) que referencias a Austrias, Borbones, Velascos o Manriques. Y en todo esto miran más el resultado que el origen. Quiero decir, que como ciudadanos perciben la administración como un todo cobrante, y del único concierto que quieren tener noticia es del de algún coro, banda, grupo o solista que les solace. Y como ciudadanos también en muchos casos mientras sueñan con los sueldos de Rojos, Alonsos, Jaureguis o Rabaneras se preguntan que hacen estos por el asunto en Madrid que no hacen nada
Al otro lado de las conchas se puede seguir pensando, estudiando, hablando, poniendo mástiles, manteniendo posturas, sentando testimonios y viviendo en muchos casos de recuerdos, mitos y leyendas. Pero también se podría asumir y conocer el presente para irnos acercando a un futuro que entre todos debemos construir, con quienes a hora vivimos aquí y con quienes nos gobiernan, porque si a alguien pertenece Treviño es, precisamente a los que tenemos aquí plantados nuestros hipotecarios.
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