Al tren que vamos me voy a acabar quedando sin lanzas que romper, que no sin ganas de seguir rompiéndolas cuando el empeño merezca la pena. He roto lanzas en favor de todos aquellos en cuya honestidad he creido, cuyo trabajo he conocido y cuya trayectoria he seguido. Eso me ha valido todo un corolario de efectos colaterales, unos buenos y otros no tanto.
Me ha ayudado enormemente a despejar el bosque de mis relaciones humanas, profesionales y hasta institucionales. Quiero decir, que me ha permitido separar el grano de la paja y quedarme, evidentemente con el grano y convertirme en molesta paja en ciertos ojos ajenos. Me ha enseñado como funcionan los mecanismos del linchamiento, y cuan peligroso es el trinomio que forman dineros públicos pero necesarios para actividades no lucrativas en principio (como ocurre con casi todas las actividades culturales), gestores políticos de esos dineros con habitual ignorancia de los ámbitos que gestionan e intereses en todo caso ajenos precisamente al caso, y finalmente agentes culturales, unos impelidos a la sumisión y el silencio aparentemente prudente pero realmente necesario para poder seguir contando con financiación para sus proyectos, y otros inclinados a la conjura, la adulación, la mentira y la política de camarilla para así aumentar el caudal de sus prebendas.
Me ha enseñado lo de romper lanzas que los lomos de aquellos contra quienes es necesaria romperlas son tan duros como su cabeza. Que inmersos en un mundo de intereses, favores y contrafavores, enchufes y medradores, regala oidos y oidos regalados, y en general, de una ocupación mayor en tener, obtener, y mantener o retener el poder que en saber para qué se tiene, piensa el ladrón que todos son de su condición. Gentes que no entienden que por encima de sus mezquindades y de sus ruines intereses seguimos estando quienes resultamos a la vez incómodos para todo el mundo y a la vez amigos de garantía para quienes se justifican con su vida y con sus actos. Personajes incapaces de asumir que es posible hacer algo por convicción y no por interés. Perniciosos ingénuos que insertos en sus pensamientos modulados y organizados, más pendientes de la fidelidad a sus jefes que de la lealtad a sus principios, se dedican a la primera de cambio a acusar al que expone su visión de las cosas y en lugar de sumarse sumiso a linchamientos defiende a quien cree que tiene que defender de querer buscar lo que ellos buscan: medrar, conseguir un enchufe, aspirar a una prebenda.
No hombre no, que algunos preferimos buscar los garbanzos de otras fuentes y no tener que poner nunca en nuestras conciencias el cartel de se vende o se alquila. que algunos no tenemos como personaje de cabecera al mítico Du Guesclin, el del famoso ni quito ni pongo rey pero ayudo a mi señor. que algunos, cada vez más no podemos quedar impasibles cuando se lincha al que se lincha y se sigue con quienes no han acudido entusiásticamente al linchamiento.
Vaya por ti esta lanza, Amelia Baldeón.
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Como decía un amigo: “el que avisa no es traidor; es avisador”
Y aquí tenemos a uno de los avisadores, o señaladores que para el caso es lo mismo, que marcan objetivos para otros:
“-¿Cómo se ha llegado a esto? (la intrépida periodista)
-Cada año hay MILES de falsificaciones. La mayoría no llega a ningún sitio porque las para el arqueólogo que excava. Suponiendo que traspasen ese primer filtro, hay otros arqueólogos, empezando por EL RESPONSABLE DEL SITIO EN EL QUE SE DEPOSITAN LAS PIEZAS.” (el profesor Lakarra”.
http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/20081128/sociedad/textos-veleia-siglo-20081128.html
Dos comentarietes…
No sabía que entre la parafernalia arqueológica se encontraba el “Eliminador de evidencias incómodas”, marca ACME, o eso o hay algún almacén foral como el que sale al final de la peli de “El arca perdida”.
Ahora en serio, cómo reparte el sr.Lakarra responsabildades! otro al que no le tiembla el pulso. No sé, no sé, también hay quien piensa que en su entorno académico también las hay…
No debemos confundir a las personas con sus actos. No se puede despachar la honestidad de una persona con cuatro frases mal intencionadas y desinformadas en un periodico. Nos pueden gustar o no las acciones, y debatirlas. Pero las personas deben respetarse.
Por cierto, aunque en efecto, nadie confirma ni desmiente, ya hay dos rumores que toman fuerza en los mentideros:
a) La destitución sería sólo cosa de tiempo y buscar “el momento” más adecuado.
b) El/La relevo sería una persona afecta al actual equipo de gobierno…quizás relacionada con una cierta opción política? quizás relacionada con las labores ya realizadas?
Como en todo, es cuestión de jugar buenas cartas…
Cuando el río suena…
Pues eso, una partida de lanzas para la Baldeón, para Gil y para el equipo de Veleia…
Otra cosa es que les sirva de algo, a la una por aquello de que le han soltado un pedazo de globo sonda, a ver cómo respira y luego, pasado un tiempo prudencial, vendrá el envite de verdad.
A los segundos, como ni siquiera les rompieron una cerilla en su momento y ya están defenestrados, como que les va a dar igual.
Sic transit gloria mundi
Y la mía…aunque sigamos sin saber nada. Ni confirman ni desmienten.
Para el resto, algunos no nos cansamos, tampoco, de romper lanzas.