Ya mismo empezará la Campaña, así con mayúsculas. Pero no es para mí la mayor preocupación en lo que a campañas se refiere. Todo es publicidad, pero hoy quiero hablar de una campaña que a mi modo de ver bien merece otra campaña, pero de denuncia y boicot.
Las campañas son como las armas, que las carga el diablo, y hay creativos que, presos de su endogamia creativa y de su mundo limitado a ellos mismos, dan a a luz campañas que bien pensadas son o bien una aberración o bien una confesión, pero en cualquier caso, algo más grave que un descuido. Si acaso, en el sentido freudiano de la expresión un lapsus de esos que revelan el inconsciente.
Una conocida marca de productos lácteos nos informa de la mano de una conocida presentadora de magazines matutinos un producto que es el recopón. Vamos, que su ingesta te asegura una mayor, mejor y más eficaz protección ante los peligros que por doquier amenazan a nuestro organismo. Y hasta con dibujitos animados y todo nos enseñan como los puntitos blancos bloquean los agujeros del intestino por los que lás pérfidas bolitas azules intentan destruir nuestra salud.
Hasta ahí todo bien. Pero el remate final es para declarar a la marca y a su campaña un crimen contra la humanidad. Tan bueno es esto para la salud de todos los seres humanos que nuestra marca no se lo vende a ninguna otra marca para que usted se cuide bien. Por deducción inversa es posible inferir que a la citada marca no le duelen prendas en fabricar para otras marcas productos que engorden nuestro colesterol, arruinen nuestras dentaduras, nos ayuden a engordar o simplemente nos llenen de aire los intestinos. Para eso si son solidarios. Pero lo que es bueno para la humanidad eso no. Para eso hay que pasar por caja.
Pues digo yo que una de dos. O la publicidad del producto es engañosa porque no es tan bueno, en cuyo caso habría que retirarla, o si por el contrario es cierta, dos A o dos B, o se declara de interés para la humanidad y se liberaliza la fórmula, o se hace al menos como con los medicamentos, crear un “genérico”. Yo de momento me niego a enriquecer a quien quiere forrarse a costa de mi salud. Prefiero tener el cuerpo lleno de bolitas verdes azules y con puntas que animar a estos y a los que vengan a jugar con mi salud a sabiendas…
Esperancita proclama que la sanidad madrileña está en venta, y que el hecho de pagar, que haya gente que se forre con ella, asegura un mejor servicio, (atender es otra cosa), y en todos los foros anima a todos aquellos que deseen entrar en el negocio. De repente los pacientes son clientes, y los médicos ,honorables empleados que deben defender los intereses del patrón, y asegurar unos beneficios a final de año. Puedes elegir médico, y éstos cobrarán según los pacientes que tengan, por lo tanto pronostico que detrás del anuncio que asegura que el lácteo en cuestión tapa los consiguientes agujeritos, aparecerá un médico repeinado asegurando que él en su consulta también aconseja tomar dicho producto, convenciéndonos de que es el mejor médico de la sanidad madrileña…..