Me comenta mi padre que un amigo, conocido o lo que sea, le ha hecho llegar un correo en el que tras una serie de interesantes datos sobre el tan nombrado canon de la sgae le invita a sumarse a la campaña contra el canon. Me pregunta muy prudente si opino que debe firmar o no. Yo por supuesto no le he dicho que firme. Ni tampoco que no lo haga. Me he permitido si acaso el atrevimiento de disiparle algunos recelos y aclararle algunas cosas, y como me ha parecido interesante explicación y encima a él le ha servido para tomar su decisión, y como año tras año intento escribir día tras día, y no siempre es fácil buscar el tema… pues aquí que me propongo a exponerla…
Le decía yo que firmar contra la sgae no es firmar a favor de al piratería, ni siquiera es hacerlo en contra de los derechos de autor. Se trata más bien de poner en cuestión una determinada forma de entender el asunto y de gestionar los impuestos revolucionarios con los que viven algunos que, ahí está la paradoja, a menudo ni son ya autores, si acaso lo fueron algún día. Podría incluso añadir ahora que se trata de plantearse en su conjunto el papel de la cultura y la creación en una sociedad economizada, economicista, sus vías de financiación y los mecanismos que aseguren que los fondos llegan a quienes los generan o los merecen. El canón, en este contexto, es en muchos casos una tropelía que supone de facto una vía impositiva alternativa cuya gestión escapa a los poderes públicos y que acaba siendo controlada por quienes ni son ni dententan más representación popular que la suya propia.
Cómo todo lo anterior me estaba quedando tan claro como obtuso, me he permitido una nueva vía de desfacer prejuicios y refacer contextos. Decía yo que quiero decir que firmar contra el canon y contra la sgae no es incompatible con ser autor, y publicar libros y artículos y que no te guste que te los copien. Es denunciar el tinglado que se han montado algunos y la pasta que nos sacan a todos.
Entre una cosa y otra creo yo que le ha quedado claro. Por lo menos para tomar su propia decisión. si es así y estas líneas ahora publicadas ayudan a alguien más en ese sentido, bienvenidas sean, aunque me las copien y con esa copia, vía canon, resulte que yo mismo contribuyo a engordar las arcas de la SGAE.
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