Según parece el mercado virtual de Amurrio empieza a funcionar. Bien me parece. Porque al final, lo que está claro es que si lo miramos bien, sufrimos una mezcla incoherente de síndrome de diógenes y negligencia consumistambiental. Me explico. cuando miramos a los espacios muertos de nuestras viviendas los encontramos generalmente matados a base de trastos. Trastos en uso que sin embargo no usamos. No los usamos por razones varias. Por cambios fisiológicos asociados al crecimiento de sus usuarios (coches, cunas de viaje, voluminososo juguetes, ropa, cambiadores, taca tacas y que se yo más trastos). Por cambios de humor en relación a nuestras prácticas de ocio (bicicletas de montaña, cañas de pescar, esquis, balones, tacos de billar, raquetas, palas, y demás utensilios deportivos varios). Por cambios debidos a la coyuntura mediática universal (ropas pasadas de moda, zapatos que ya no se llevan, pelucas sombreros y demás) Por cambios imputables al propio desarrolo tecnológico (ordenadores, monitores, teléfonos, máquinas de escribir, televisores, vídeos, etc.). Por acumulación inherente a la política comercial de los días de (robots de cocina varios, aspiradores sin bolsa, taladros y bancos de trabajo, etc. etc.) Y finalmente materiales propios del devenir vital de cada uno (papeles, libros, fotos, objetos).
De todos los descritos son únicamente estos últimos los que tienen algún sentido en nuestras vidas. Cuando los revisamos vuelven a nuestras memorias miles de momentos de historias y hasta de personas. Algunas ausentes en el espacio, lejanas, y otras ausentes en el tiempo, muertas. Pero son parte de lo que es nuestra vida y nuestra vida es parte de ellas. En todo lo demáslo lógico es desprenderse de ello cuando deja de sernos útil.
En tiempos de bonanza económica como los que hemos vivido hasta no hace mucho, y por extrañas razonoes que tienen más que ver con el orgullo y el que dirán y otros mecanismos tan frecuentes como estúpidos, su destino es la basura. Reciclable o no pero basura al fin. Somos todos tan orgullosos que no aceptamos algo usado por que pensamos que lo reutilizamos cuando no, simplemente lo seguimos utilizando.
Entiempos en que la ética medioambiental nos invade vía desierto financiero, esta opción vuelve a tomar sentido. Y está bien, realmente bien que sean precisamente los poderes públicos los que promueven espacios de intercambio. Cambio lo mío inutil por lo tuyo necesario. Ambos tenemos algo que necesitamos y evitamos el consumo de materias primas y el incremento de los resíduos. Sólo que ya para cerrar el ciclo que bonito sería que se estendiesen los puntos de intercambio presencial. O sea, plazas o espacios en los que periódicamente mostrar nuestros útiles resíduos y conseguir los útiles resíduos de los demás. Además de intercambiar objetos podremos intercambiar experiencias, sueños y viviencias. Vamos, que contribuiremos a construir una sociedad no anónima ni limitada ni siquiera laboral. Una sociedad más humana, simplemente.
Aquí en La Puebla de Arganzón donde vivo lo hicimos un día. Y no salió mal. Yo me quité unos cuantos trastos que me estorbaban, mi hija se lo paso muy bien, y hasta ganó algo de dinero con lo que a esas edades de la tierna infancia es lo de ganar tu dinerito. La pena es que no se volvió a repetir…
Pues eso, a animarse… y a ser menos orgullosos todos, los unos por aceptar que algo usado por otro puede ser nuevo para nosotros, y los otros por pensar que aún regalado, algo en uso está mejor siendo usado que reciclado.
Aquí en la Prospe teníamos un mercado de trueke , cada cierto tiempo en la Plaza, y además de intercambiar cosas, había música, bailes, etc, pero la junta consideró que eran
actividades ilegales por las que no habían sido retribuídos, así que se personó la policía y a multar, porque los vecinos
no pueden reunirse sin pagar cuota y además otros vecinos los encuentran sospechosos. Según el Ayuntamiento en la plaza no se comparte, ni se charla, sólo se espera, o se pasa a través de ella, o similar….(Todos a casa a ver los anuncios de la tele..)Recientemente estamos organizando en los locales trueke infantil de juguetes, todavía no vienen muchos porque no quieren en absoluto deshacerse de ninguno de sus juguetes, y mi hijo el superhéroe que trajo, decidió volver a llevárselo…(nos veían como cocos quitajuguetes..)