La papeleta del senado

Los senadores están preocupados, y digo yo que los que no lo son más, por el sano ejercicio democrático de la elección. De hecho han creado una ponencia para estudiar el asunto. Y el asunto no es otro que la papeleta. Demasiado grande, demasiado complicada, y encima injusta. Así­ pues se han puesto manos a la obra y harán lo imposible para que no se vuelva a repetir el bochornoso espectáculo de las últimas elecciones en las que los votos nulos al senado triplicaron el número de votos nulos al congreso.

Clar, votar al congreso es meter una papeleta en un sobre y el sobre en una urna. Realmente deja poco margen al error. El dibujico del partido está claro y no hay que preocuparse ni siquiera de saber los nombres de los candidatos, de eso ya se encarga el partido.

Pero Ayyy amigo, el senado es otra cosa. hay que mirar toda la hoja, porque el partido puede estar en cualquier parte, y además en el colmo del abuso, ni siquiera los ponen por orden de importancia, vamos que tienes que ir recorriendo toda la hoja hasta encontrar a los tuyos. Bueno, a los tuyos no, al dibujico de los tuyos. Así­ que llegado al sitio por fin te pones a hacer cruces y como sigues sin leer los nombres, porque no los conoces, porque para eso están los del partido, pues ocurre que a veces marcas las cruces que están más cerca y zas, vas y votas al vecino, no a los tuyos. Eso o lo que es peor. Si va y se te ocurre votar solo a uno, o votar a uno del psoe y otro del PP para que haya equilibrio, ¿a quien votas? ¿al mejor de cada partido? ¿al que más sintoniza contigo? ¿al más implicado en la defensa de los derechos de tu circunscripción? No. votas al primero, y como los ponen por orden alfabético, resulta que los que se apellidan, por ejemplo Aramburu, tienen más posibilidades de salir que los que se apellidan por ejemplo Vegas.

Así­ que van a tomar medidas y hacer la papeleta más pequeña, y a poner los dibujicos encima y no al lado y dejar que sean los partidos los que determinen el orden, y así­ asegurar que salen los que ellos quieren y no los que indique el alfabeto. Y digo yo, que todo esto nos lleva a un punto más complejo… Como podemos asumir tranquilamente que la gente no sabe votar, y que en cuanto le complicas un poco el asunto se confunde, y luego hablar a bocas llenas del gran ejercicio democrático y de la sabidurí­a de los votantes y de sus decisiones. O sea que no saben poner una cruz, pero una vez puesta pensamos que saben quien es mejor para el paí­s, curioso. Eso sí­, el senado es una prueba palpable de que las listas cerradas no son únicamente una perversión de los partidos, son el resultado de la simpleza, pereza y sumisión de muchos de los votantes.