Está el gobierno vascongado que no para. Nosotros en crisis pero da igual. Las cosas van, evidentemente, por buen camino. Perdimos el mapa del tiempo. Perdimos a un buen grupo de profesionales. Tenemos eso sí un espacio dedicado a Navarra, pero en castellano y en ETB1. Pusimos la bandera de España hasta en el Gorbea, decorando eso sí parlamentos gobiernos y oficinas. Veremos al rey en Navidad, cosa que dados los veintitantos canales de la TDT nos iba a resultar imposible a los vascos de no ser por ETB. Ya no existe Euskalherria en textos políticos ni educativos, que eso es adoctrinar. Le queda eso sí, un humilde rinconcito en el Estatuto ese que tanto veneran quienes no lo cumplen, y que por ende habrá que reformar. Y puestos a no adoctrinar y si adornar volveremos a colocar los retratos del rey en las aulas y en todas las oficinas públicas, que para algo somos súbditos, y rezaremos además todos los días un artículo de la constitución, especialmente el octavo.
Todo es en el fondo una vuelta a esa normalidad en que lo vasco vivió muchos años, y de los últimos cien más de cuarenta. El euskera volverá a ser lo que fue. Un bonito recuerdo que todos debemos admirar, lo que como todo el mundo sabe es ver, contemplar, todo lo que sea menos tocar, que para eso lo admirable es inalcanzable. Oiremos y veremos en nuestras radios y teles lo mismo que el resto de los españoles, que para eso somo españoles, lo cual es difícil de entender como es que no constituye un orgullo para nosotros. Gozaremos con la Rumba, el flamenco, y los cuarenta latinos, que la música en Euskera no hay quien la entienda. E iremos, paso a paso dinamitando todo lo que estos locos, unos bajitos y otros no tanto, construyeron de forma taimada y pretenciosa gracias a las instituciones que tan generosamente tuvo a bien la corona concederles.
España volverá a ser la que fué. Sólo entonces habrá que dar el paso definitivo para armonizar esas singularidades vascas en la esencia de lo español. Olvidada la i+d+i nos centraremos en la gastronomía, en el mus y en la pelota, que hasta Franco disfrutaba con todo ello sin por ello poner en riesgo su adusta españolidad. Eso sí. Presionará con denuedo el gobierno de Vascoña ante la Academia de la Lengua Vasca a la que haremos Real para que sea más partícipe de los logros de la corona, para que restituya al vascongado alfabeto la letra Ñ. Podremos entonces aún en lengua vascongada decir correctamente españa, que lo de espaina no suena también, y como los ertzainas pasarán a ser ertzañas como originalmente fueron, cambiaremos tan sabiniano y vergonzoso distintivo con una ñ en tipografía vascomorfa sobre un fondo en el que aparezcan los colores rojo y gualda, una gaviota y el puño y la rosa, signos todos ellos de indudable vasquismo y mucho más cercanos a la realidad plural del país, digo de las provincias vascongadas.
La txapelas quedan simpáticas, pintorescas incluso. Pero evocan esa tradición carlista que en tiempos liberales es menester superar. Provocan el rechazo de las víctimas constitucionalistas del XIX, y y su memoria ha de ser preservada y ensalzada. Así que optaremos por la gorra, o la gorrilla, mucho más cercana a la tradición cazadora del país, digo de las provincias vascongadas. Como himno pondremos alguna de “El caserío”, que además de fácil de cantar nos la sabemos casi todos y de paso recuperamos la implantación de la zarzuela, género tan español que es una pena perderlo en estas tierras. Y para que se vea que no todos los cambios afectarán a las vascas academias, tradiciones y palabras, instaremos a la Real Academia de la Lengua Española (así, con artículo determinado y determinante y sobre todo posesivo y unificante) a que retire del vocabulario español la palabra izquierda y la sustituya por siniestra, mucho más adecuada al origen latino de la lengua entre otras cosas. La federación de mus ya ha mostrado su disposición a sustituir el bárbarismo Hordago por “Toma Ya”, y el confuso amarreko por “lústreo”, fusión ingeniosa de lustro y pétreo.
Todo esto haremos hasta que a los vascos nos entre en la cabeza que ser español es un orgullo mundial.
Leave a Comment