Esto del enclave de Treviño es aburrido. Demasiado aburrido es volver una y otra vez a decir lo mismo sin que sirva para mucho, sin que valga para nada. Uno acaba por no tener muy claro quienes son los amigos y quienes los enemigos. Lo que resulta evidente es que uno está en boca de todos. Eso sí. con la boca propia cerrada.
La última es la que se ha montado a cuenta de la decisión del parlamento vasco de crear una ponencia a instancias del PNV. Todos, excepto EA que se abstuvo (?) dispuestos a apoyar la tal ponencia. bueno, todos relativamente, porque una vez más los partidos sucursal dicen aquí lo contrario de lo que piensan allí. Pero yo, que de alta política cada vez entiendo menos (mañana abundaré al respecto), me quedo con algunas perlas entrecomilladas en el debate y con lo que en general representan de evidente despotismo ilustrado.
«hay que poner en marcha la negociación entre Castilla León, Euskadi y las Diputaciones de Burgos y Alava» dice la parlamentaria del PSE Cristina Gonzalez. Curioso. Tienen que hablar de nosotros todos menos nosotros. simpático a la par que democrático.
Orden Vígara, presidente de la diputación no foral de burgos precisó que lo que realmente hay que tener en cuenta a la hora de tratar asuntos como el de Treviño es «el respeto a los estatutos de autonomía y a la Constitución Española», y en especial al de Castilla y León. Una vez más curioso esto de la dictadura de la ley, digo del imperio de la ley. ¡Y uno pensando que las leyes grandes, tipo constitución y estatutos servían a la buena convivencia de los ciudadanos y no al revés y que son las leyes las que deben asumir, organizar y por supuesto respetar la realidad de sus ciudadanos y no a la inversa! ¡qué ingénuo!
«El asunto territorial no se pone en cuestión», dice Jimenez del PSOE. Evidentemente se pone señor Jimenez, si no no estaría usted hablando de ello. Otra cosa es que como usted dice el debate no está abierto y como añado yo está cerrado a mentes obtusas de las que abundan tanto en política. en la calle y en nuestras vidas lo está por mucho que cierre las puertas y ventanas de su despacho.
«El PP y el PSOE en el País Vasco pueden decir lo que quieran: Treviño es Burgos». Y sentencia: «Todo esto es un debate estéril e inútil». Este es un tal Rico, que como es del PP de burgos se ve que puede hablar más claro. Pero eso si, una vez más queda claro que lo que digan los treviñeses se la pela (perdón por la expresión pero resulta suficientemente gráfica como para no ponerla). Se la pela más todavía que la de sus compañeros de partido y de pacto del cambio vasco. Los demás partidos vascos, como los propios habitantes del enclave por no hacer no hacemos ni existir.
En cualquier caso, obsérvese que en caso ninguno, en lo que al asunto de fondo se refiere nadie habla de nosotros, ni, claro está, con nosotros. Eso sí. Además de imbéciles, de incapaces mentales, nos llaman tontos y aprovechados, porque eso sí, a todo el mundo le parece bien hablar de nuestros servicios y ver entre ellos por supuesto, la forma de que les salgan más baratos, que tal como lo plantean de eso se trata y de nada más. Que nos va mejor que el médico sea el tuyo. Pues se lo ponemos y lo pagas tú. Ya pago yo las basuras que tengo un camión por al lado… y así todo. Uno se siente como un niño asistiendo sin poder hablar a una discusión entre su padre y su profesor, por poner un ejemplo, en la que la única frase que se te dirige es aquello de… ¡que te calles niño! Pues eso.
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