Publicado en Diario de Noticias de ílava el 15 de diciembre de 2009
Se nos acercan fechas complicadas aunque presuntamente felices. En todo caso fechas en las que los abusos gastroetílicos se prodigan con más frecuencia si cabe que el resto del año, y cuando de estos abusos se trata parece evidente que debemos atender a nuestra salud y a nuestra fama. De los otros abusos preferiría un silencio que indicase su inexistencia y no otra cosa.
Pero volviendo a los nuestros tan importante es tener una medida como una excusa, coartada o hasta razón, causa u ocasión preparada. Yo he descubierto lo que podría llamarse la dieta saludable o la alegría terapéutica cuya práctica no fomento sino que comento, tal como me ha indicado mi abogado, no mi médico.
Para no darle más vueltas, el truco consiste simplemente en hacer caso a médicos, dietistas, sociólogos, psicólogos, terapeutas y gerentes o portavoces de asociaciones varias de productores alimentarios.
Como todo el mundo sabe, el vino es un dechado de virtudes para el organismo. Tomaremos un par de ellos o tres. Las bebidas espirituosas tienen a menudo saludables consecuencias tonificantes y algunas igualmente digestivas. Probaremos un pequeño surtido de las mismas para así mejorar nuestra disposición de ánimo y contribuir a la mejor digestión de los posibles abusos gastrointestinales. Incluso alguno de estos licores podemos mezclarlo con un agua tónica y prevenir así la malaria y otras enfermedades tropicales que lo mismo nos toca el gordo y nos vamos de viaje largo. La cerveza, con su lúpulo y su cebada es igualmente beneficiosa y contribuye eficazmente a relajar nuestro agitado espíritu navideño. De la comida mejor no hablamos, porque de todos es sabido que en la variedad está la virtud, así que mientras el bolsillo lo permita comeremos de todo. Del mosto, ya lo siento, pero no he encontrado bibliografía que reseñe sus virtudes, así que mejor abstenerse, igual que del agua, que los médicos advierten de que su uso abusivo para otros menesteres que no sean la higiene, no es tan aconsejable como antaño nos dijeron. Hasta ya puestos a ser modernos y hacer caso a los que se preocupan por nuestra salud, probaremos alguna fórmula de acceso a la marihuana, sea porro o tisana. Marihuana por supuesto terapéutica, no desaconsejable.
Con todos estos ingredientes pasaremos unas fiestas como las de siempre, pero eso sí, llegada la cuesta de enero no tendremos la carga de conciencia del abuso, sino la más recomendable sensación de pertenecer al colectivo de los de vida saludable.
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