Título: Cinco semanas en globo
Autor: Verne, Julio
Origen: siglo XIX, París.
Edición: RBA Coleccionables, 2009, Barcelona.
ISBN: 978-84-473-5571-6
Adquisición:Â Lo compré en un kiosko de prensa
Terminado de leer el 29 de diciembre de 2009
Mi referencia : 00040-A
Comentario:Â Ya comentaba al hablar de veinte mil leguas de viaje submarino que acostumbro a caer todos los años en alguna de las ofertas de lanzamiento que el kiosko abundan. Comenté igualmente que en este caso además del gusto de recuperar a uno de los clásicos me empujó también la cuidadosa encuadernación que presentaban que los convertía casi en facsimiles. Así pues, y teniendo en cuenta que este libro pertenece a la misma colección no me extenderé más sobre el particular.
Cinco semanas en globo es otro de los clásicos de Verne. en esta ocasión no es tanto un viaje fantástico como un viaje más o menos posible en una época no tan lejana. Paraece mentira que apenas 150 años antes de hoy hubiese aún misterios por descubrir, paises recónditos y debates científicos en torno a cuestiones tales como las fuentes del nilo. Pero las había, y vista la evolución de los intereses occidentales en el continente que nos ocupa (ífrica) es fácil explicarse por qué.
En esta obra asistimos una vez más a la lectura de una novela de aventuras que es sin embargo algo más que eso. Es un retrato de su tiempo, y además un retrato en varias dimensiones. Está la dimensión que nos habla del estado del arte en cuanto al desarrollo de la ciencia se refiere. En una obra como esta se combinana los conocimientos geográficos, botánicos, zoológicos y hasta antropológicos con el desarrollo tecnológico y el consiguiente conocimeinto de disciplinas como la física, la química, la termodinámica, la mecánica etc. Está igualmente la dimensión que nos habla de las relaciones sociales de la época. De los conflictos entre potencias, de las rivalidades regionales, de la existencia de clases de la relación señores – lacayos, de las relaciones europeos – salvajes, y por hablar incluso de las relaciones del hombre con su entorno, algo entonces con visos de inagotable a lo que hasta respetando se podía aniquilar.
Por lo demás el relato es un agradable relato de viajes, con la erudición que despliega Verne en sus obras, y con las dosis de aventura y desventura suficientes como para mantener vivo al lector a lo largo de sus páginas. Yo sólo sentí que fruto de la grafía y de la historia me fuese imposible reconocer apenas lugar alguno navegando por google earth. Me hubiese encantado poder hacer desde casa el viaje que aquellos realizaron hace años volando en la cabeza de don julio. Seguro que algún cibernauta con tiempo y ganas o lo ha hecho ya o tiene ganas de hacerlo. Me encantará saberlo.
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