al amigo Fernando Albizu le han nominado como mejor actor revelación, y el dice sentirse a gusto con el nombramiento. Yo no soy actor, y pro consiguiente a mi no me nomina nadie. Pero habida cuenta de que Fernando será más o menos de mi edad yo no se como me sentiría ante un halago como estos. Fernando lleva muchos años trabajando, más que yo o al menos de forma más congruente. Fernando partió de la barra de su bar familiar en pos de sus sueños. Los buscó en Vitoria, pero Vitoria se le quedó pequeña, en tamaño y en algo más. Fernando marchó pa los madriles y pasó por la moda y los festines, por los saraos y la suma de gandules camino de su camino.
Fernando hasta donde yo sé se ha hecho actor a fuerza de coraje. Fernando se ha asomado ha nuestras vidas en la tele, y en el teatro, y en el cine también, y ahora viene alguien a decirle y a decirnos que es una revelación. Como si hubiese salido de repente. como si tantos años de empeño no fuesen sino un incidente menor, una anécdota en la contraportada del libro de su vida.
Todos los premios son buenos, según dicen, pero algunos tienen un punto de amargura. Son como un extraño estrambote añadido al soneto de nuestras vidas que queda bien aunque las ignore.
Yo le deseo que lo gane, pero le recuerdo que si no lo hace no lo sienta, el no es un actor reveleación, es un actor ya revelado camino de su madurez, que aunque pueda no sonar bien, es, además de ser cierto, un acierto en los tiempos que corren de clooneys, connerys y albizus. Suerte Fernando
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