Publicado en Diario de Noticias de ílava el 13 de abril de 2010
Hoy es martes y trece, y lejos de temer embarcarse o esconderse antes de casarse lo que se tercia es aplicar el buen humor que el dicho evoca y liarse a hacer empanadillas para mañana, que será catorce. Catorce de abril. En esas de embarcarse, comprometerse y preparar empanadillas andan algunos amigos de La Puebla de Arganzón que mañana recordarán aquel lejano catorce de abril con todos los que se animen a acercarse y participar en lo que han llamado “botellón republicano”. Según me cuentan no se trata tanto de cocerse a bajo precio como de tener claro que no se va a consumir sino a compartir lo que se lleve. Vamos que es más un picnic colectivo que una feria donde comprar cosas.
Buena excusa para refrescar la memoria y agitar un poco la conciencia de los republicanos que en el mundo somos. Para evocar aquellos días en que arrancó una aventura que removió el panorama y avanzó en muchos frentes dando pasos que por gracia, o desgracia, de un grupo de golpistas la historia tardaría cuarenta o más años en recuperar. Votaron las mujeres a partir del 33, mejoró la instrucción pública, se abordaron obras de abastecimiento y saneamiento. Florecieron letras y artes y las ilusiones y esperanzas de unos fueron alimentando los rencores y acechanzas de otros.
La diputación alavesa la dirigía un republicano, un buen republicano, y la silla de la alcaldía gasteiztarra otro. Defendieron lo justo y lo legítimo y lo pagaron caro, con el precio más alto. Al uno lo detuvieron ipso facto y al otro lo sacaron a hombros con silla y todo porque se negó a abandonar su puesto. Ellos, como muchos otros hoy, pensaron aquello de que “no basta en adelante el ser buenos Amigos, buenos padres de familia y buenos republicanos” que diría el ilustrado Conde de Peñaflorida allá por el siglo XVIII. Se comprometieron con el presente y comenzaron a construir el futuro sin complejos ni oscuras intenciones. Lo hicieron con las miras puestas en el bien común, en la res publica, que no es una vaca que ordeñar sino una cosa de todos y para todos por igual.
Mañana será catorce también en esa plaza que luce orgullosa la placa rescatada que colocaron hace 79 años unos buenos republicanos de La Puebla de Arganzón y que recuperaron no hace mucho los propietarios del edificio en el que está. Plaza 14 de Abril. Les deseo a los que asistan que recuperen sus sueños en voz alta y que renueven sus ilusiones en armonía y buen humor, y que el tiempo no lo empañe ni lo empolve el paso de los años.
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