Título: El eterno Adán
Autor: Verne, Julio
Origen: 1910, Francia.
Edición: Obelisco, 1987, Barcelona.
ISBN: 84-8600-090-4
Adquisición:Â Me lo dejó el hermano de Alejandra en la primavera de 2010
Terminado de leer el 26 de marzo de 2010
Mi referencia : como no es mío pues no tiene
Comentario: Comentando un día cosas de lecturas y escrituras me preguntó el hermano de Alejandra, una vecina de La Puebla, a ver si conocía este título. Le dije que no y a la semana siguiente me lo trajo.
Es un relato breve, y crepuscular. Según indica el prólogo es una de las últimas obras del autor y rezuma cierto escepticismo y una visión un tanto alejada del caracter triunfantemente épico de las aventuras de Verne.
al principio se me atragntó un poco, pero en seguida le cogí el hilo, y lo cierto es que se lee rápidamente. El argumento, desde el punto de vista de hoy se lee con facilidad. Digo desde el punto de vista de hoy porque al igual que ocurre con otros relatos de ciencia ficción convertidos en clásicos, la sorpresa deja, con el paso del tiempo en convertirse en tal. Es un poco como el cuadro blanco sobre lienzo blanco de Malevich o el urinario de Duchamp, que sorprenden la primera vez pero que luego no deben repetirse sino superarse.
La paradoja aquí es del tipo relativista, circular incluso, o mejor dicho esférica. nuestro mundo dentro de otros mundos, nuestro ombligo como un agujero negro en el que da vértigo mirarse por encontarse tan peqeuño y ytan débil. El supuesto que le da pie con algunas lagunas, pero en cierta forma y de cara a construir el mensaje bien construido, y la conclusión, como hemos dicho, hasta cierto punto previsible.
en todo caso un buen motivo para pensar sobre nosotros mismos y nuestros “aires de grandeza”, y una buena excusa para caer en la cuenta de que la historia nunca tiene final, al menos no el que esperamos.
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