Si no fuese por los muertos que ha habido, y por los que podría haber, la cosa sería para reirse. A pesar de ello, y siendo leal con la verdad, lo menos que puede decirse del más esperado de los comunicados, de su forma de su contenido y de su contexto es que es algo simple y llanamente delirante.
Ignoro si no dan las arcas de la vanguardia fondos suficientes para asesorarse, visto que con la propia inteligencia no parece suficiente. Pero el resultado es mitad patético mitad hilarante. Eso sí, cuando uno se pone serio y recupera la respiración, y hasta se molesta en leer el comunicado, no puede uno por menos que recomendar que el asunto pase del ministerio de interior al de sanidad, y más concretamente a la sección de enfermedades mentales (dicho esto con perdón de los enfermos mentales).
Al final, la historia suena a más de lo mismo, a un resorte antiguo y alejado del mundo, a una nueva versión del viejo eslogan carlista del dios patria y rey o del más reciente Jaungoikoa eta legezarrak. La única diferencia es que dios, ahora, se llama ETA. Pasaré por alto los detalles de la coreografía. diré no obstante que resulta ridícula, y añadiré incluso que con cosas como estas se alimenta el bulo de que las ikastolas son semilleros de ETA. El cartel que cuelga tras los voceros parece salido de una clase de primaria. Lo que está claro es, que por mucho tiempo que hayan pasado en Francia, del galmour, del diseño y la elegancia se les ha pegado poco. A la combinación de txapela, pañuelo perforado y camiseta me refiero. En fin, que como buenos integristas son felices con sus euskoburkas. Allá ellos.
Pero volviendo al delirante documento tiene varias joyas que a nadie debieran de pasar inadvertidas. supongo que será por la traducción, pero queda bastante significativo que lo comiencen diciendo que con él pretenden dar a conocer su decisión y reflexión (en este orden). Uno pensaba que lo lógico es recoger datos, analizaarlos, reflexionar sobre ellos y tomar una decisión. Vista la trayectoria de la txaranga, que ya casi no es ni banda, uno se lo explica. Primero se actua, luego se decide y finalmente se ¿reflexiona?
Sigue un auténtico ejercicio de modestia, en el que la banda vuelve a poner un año cero y dice, así como suena, “Ha transcurrido ya medio siglo desde que ETA organizara a los ciudadanos”. Toma ya. Y muchos sin saber que estabamos organizados y menos aún que quien nos organizaba era ETA. Eso por no decir que parece que lo anterior no cuenta. Que los episodios de la preguerra, guerra y post guerra no existieron, ni existieron tampoco los primeros movimientos del siglo XIX, ni otros antecedentes más antiguos. Siguen con su ejercicio informándonos de que ha sido a su vez la lucha a favor de la libertad del pueblo vasco la que ha guiado su actuación, no se sabe si como motor o complemento o como otra pata más de su santa trinidad, en la misma persona. Eso sí. Tamaño objetivo queda a salvo porque ETA mantiene su responsabilidad en esta labor de lazarillos de la libertad para un pobre pueblo ciego y tonto. Eso si “con humildad”.
Más preocupante es cuando uno lee algo como “ETA y, en general, la izquierda abertzale han perseverado en la lucha. Y el coste a pagar no está siendo pequeño: tortura, prisión, exilio e, incluso. la muerte”. La propia claro, la ajena es un incidente, y la colateral un accidente. Y todos tan contentos, a seguir siendo humildes, responsables y garantes…
En fin, que poco más puedo decir de una gente que viste así, que actúa así, que ¿piensa? así, y que además sigue fiel a un nombre del que abomina y a cuenta del cual llevamos un par de años sin ver futbol vasco en grupo: Euskadi, por mucho que en sus arengas finales lo cambie por Euskal Herria. Bueno, si, algo más puedo decir… que algunos de los que nos confesamos ateos y en ese sentido liberados de la adicción al opio del pueblo no necesitamos metadonas ni visionarios, nos bastamos solos. Y cuando todos, creyentes o no, nos vamos dando cuenta de que nos bastamos solos, el chamán, el demiurgo, o por ser más claros el charlatán, tiene que callarse, bajarse del carro y olvidarse de sus megalomaníacas fantasías.
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