Ya va camino de acabarse el puente, el puente de la inmaculada constitución que tan santo es que nadie se lo quiere saltar. Es lo que tiene una constitución inmaculada, que a falta de máculas y a sobra de estado acaba siendo el puente del estado de alarma, el anterior en grado y forma al de excepción, que como todo el mundo sabe, es mayormente excepcional. Pero como con todo acontecimento planetario que diría la ínclita ministra de sanidad… algo queda después de tanto telediario.Â
“Toque de queda, masacre en la ciudad” decían unos punketas hace años en su canción. Cosa curiosa la de los punkies, los únicos que, pese a negar el futuro lo acertaron más que muchos cerebritios metidos a analisas y politólogos (sabios vascos de la belleza o la bonitez, vamos, expertos en las cosas politas) Aquí no hemos llegado al toque de queda, aunque más de un ciento de miles de ciudadanos se han quedado sin tocar sus vacaciones y unos cientos de controladores se han quedado tocados por su desmesura sindical. Curioso también lo del sindicalismo de los controladores. Que un colectivo profesional tenga por un lado los recursos, y por otro la necesidad de gastárselos en un experto de relaciones públicas para elegir y formar al portavoz de su sindicato da que pensar. Igual que da que pensar su plante vacacional, uno más, y su posterior intento de demostrarnos, al grueso de los pringaos, que las víctimas son ellos. ¡Que santa manía con empeñarse en joder al de siempre para amenazar al de a menudo!
Es revolucionario hacer una huelga salvaje en un trasporte público para paralizar al país. Es incluso solidario cuando todo esto se produce en un día laboral y en medios de trasporte que llevan carnaza a los centros de producción. Digo lo de solidario porque así más de uno y más de dos hacen huelga dejando a salvo su retribución por aquello de no haber podido llegar a su centro de trabajo. Los más pringaos son los que hacen lo que sea con tal de llegar y dejan con el culo al aire a los que piensan, pensamos, que si la empresa tiene tanta necesidad de llevarnos a currar que ponga los medios, que nosotros no los tenemos. Lo que no es de recibo es paralizar el tráfico aéreo en una de esas fechas en las que muchos de los usuarios del mismo no son los habituales, porque no nos olvidemos, salvo en ocasiones excepcionales como estas, los proletarios asumen aquello de ser pueblos de la tierra y viajan en tren o en autobús. ¡Anda que no podían haber escogido una semana de esas en las que hay una convención de estados o una reunión de esas de jefazos que a tanta abundancia de Ges uno no sabe si es el G8, el 14 o un tupper sex cuyo objeto es darnos por… sin que se note y hasta consiguiendo que sintamos placer!
El caso, y ya voy terminando el exabrupto, es que razón, hasta donde sé tienen poca. Digamos que a su nivel salarial los derechos no se pisotean, se venden a buen precio. Digamos que tienen que arreglarse entre ellos porque no dejan entrar a nadie más. Digamos que tienen un trabajo duro y de mucha responsabilidad, y por eso cobran tanto. Digamos que a lo que no tienen derecho es a joder al que menos tiene que ver en el asunto y encima a llamarle tonto por no poderles comprender y caer en las trampas informativas del gobierno. Digamos que es en efecto una desgracia que te bajen el sueldo a la mitad, que tendría que mirarlo, pero eso que con un sueldo de 200.000 pavos es una putada, una desgracia que decíamos, con 1.200 es una catástrofe que te lleva a los sitios de pedir. Digamos que, como otros muchos, mientras las cosas van bien no nos acordamos de repartir, pero que cuando pintan bastos jodemos al debil y dejamos al vivo sin cocer.
En fin que decía que terminaba y concluyo. Lo único bueno es que los que por razón de cobrar una miseria y no tener huelgas que hacer por no tener a nadie a quien joder más que a nosotros mismos, podremos tirarnos el rollo de que este puente nos hemos quedado en casa por no querer viajar… lo de poder, como en el chiste de la del abrigo, es una forma curiosa de pronunciar la jota.
Leave a Comment