El correo español publica hoy con profusión de columnas y de pixeles en sus ediciones on y off line una noticia cuyo titular, lo que la gente lee mientras come o toma un café dice:
Podríamos recordar aquí el viejo chiste aquel del pesimista, el optimista y la botella, para el que por cierto leí no hace mucho un corolario que lo mejora introduciendo un tercer personaje, el racionalista. Así pues podríamos decir que la botella está medio llena, que está medio vacía o que, simplemente es el doble de grande de lo que se necesita. Que cada cual interprete cual es su botella.
Pero volviendo al tema del euskera en Vitoria, y al margen de la clara intencionalidad del redactor de la noticia, la cuestión primera es, precisamente identificar cuál es realmente la noticia. Cualquiera con los más mínimos, y dígo mínimos en cantidad filológica y profundidad cronológica sabe perfectamente que la noticia, hablando de vitoria es exacatamente la contraria: La mitad de los vitorianos habla o entiende euskera. Que lo hayan hecho obligados o voluntariamente es otra cuestión, igual que otra cuestión sea que sus antepasados no tan lejanos lo olvidasen obligatoriamente, o que otros no tan antepasados tuvieran ciertas y serias dificultades para aprenderlo voluntariamente. La memoria es fragil, y cuando se combina con la ceguera es más parecida a un espejo curvo que a una superficie trasparente.
Claro que es sencillo ignorar que Vitoria se encontraron los inmigrantes que no son inmigrantes porque son españoles que vinieron en los sesenta y principios de los setenta. Es fácil ignorar a muchos de aquellos que ponen hoy nombre a nuestras calles y que todos tenemos por ilustres vitorianos y la defensa que hicieron en su día del euskera. Es fácil ignorar que a fecha de hoy y comparando con los años cincuenta del pasado siglo más de tres cuartas partes de la población son de reciente llegada. Es fácil ignorar la situación en la que estaba el euskera en otras zonas del país y más aún en nuestra tierra cuando por fin le dio por moririse a cierto dictador. Todo eso es fácil. Tanto que a fuerza de ignorarlo uno puede pensar que la noticia es que la mitad de los vitorianos no sepa euskera. Tanto que uno tenga que leer el cuerpo entero para encontrar datos que le ayuden a atar cabos y a tirar anillos, datos como que entre los jóvenes la relación cambia, datos como que, a pesar de los que se empeñana en hacer de sus hijos ignorantes igual que ellos negándoles el derecho a elegir por si mismos sin tener que sufrir aprendizajes idiomáticos en edad madura, la tendencia es a que el euskera siga avanzando, datos como que si la situación no avanza más no es porque los que aquí viven no vayan a cambiarla, sino por la llegada de nuevos castellano hablantes a los que, por supuesto no podemos molestar en sus derechos lingí¼isticos aunque sea a costa de los nuestros. Insisto, con este panorama y con las claras intenciones de algunos, la noticia está en el otro lado de la botella…
Querido anónimo… siento haber tardado en responder, pero últimamente ando un poco liado por una serie de cambios en mis rutinas vitales. La misma razón por la que tardé en dar paso al post… censura, como se sabe, sólo a los insultos y demás cosas impropias. No se yo si este es el post más adecuado para este comentario y su respuesta, pero tampoco me escondo, simplemente soy prudente.
A mi ciertamente no me parece oportuno ni adecuado. Eso sí, me consta que me lo han intentado explicar, y no me parecería mal que el que me lo explicó, que es dueño de sus explicaciones, lo explicra. Yo no puedo. Lo que es cierto también es que el proyecto ondare en princiio es una oferta electoral de EAJ, y lo que es cierto también es que IAA nunca debiera haber podido existir como lo que es con ese nombre. el IAA fue algo que yo creo que en el fondo todos añoramos, lo de ahora es otra cosa. Tema aparte es que el que reparta los dineros busque más el símbolo que otra cosa, y tema aparte es que luego eso se gestione adecuadamente, cosa que según creo se está intentando hacer.
Para contestar a un anónimo ya he dicho bastante
Querido Javier. Me gustaría que comentaras lo que, para mí, es un pequeño gran escándalo. En las negociaciones PSOE y PNV por los presupuestos al Instituto Alavés de Arqueología le caen 600000 euros (si 100 millones de pesetas). Supuestamente para subvencionar el proyecto ondare, que, realmente, no existe (de verdad). Bien sabes lo que fue y lo que es el IAA: hoy a sus reuniones no acuden ni 10 personas, jubilados unos, estudiantes o aficionados otros, pero casi ningún “profesional de eso que es la arqueología”.
No tengo nada contra el IAA o sus miembros. ¿Pero no te parece escandaloso que en los difíciles tiempo que corren, con una tasa de paro juvenil de preocupar, se repartan 600.000 euros a esa falacia de programa Ondare que lidera una asociación sin ánimo de lucro como es el IAA?
No se, quizá sea un buen tema de reflexión.
Saludos cordiales
Puestos a olvidar olvidamos aquellos que hemos venidos de herrialdes hermanas y que contribuímos a elevar el índice de nuestro euskera; podemos olvidar aquellos dirigentes vascos que, por cuotas de poder, favorecían el castellano en su propia tierra (aquellos eran vascos, que vívían en el País Vasco); creo que hemos olvidado, también, que otro idioma, además del vasco, es propio de los vascos, o la menos así me lo hicieron saber mis padres, vascos ellos, y mis abuelos, vascos ellos; y mi madre, vasca de origen y corazón, aprendió el vasco, hasta con título superior, cuando tenía 50 años, y lo hizo de corazón, aunque, no lo habla; pero sobre todo deberíamos olvidar que lo importante es comunicarnos, en vasco o en otro idioma, y que hacer de las lenguas estadísticas y demás es olvidar el origen y el valor de los idiomas.