Desde el último apunte que escribí, ha pasado un fin de semana en Madrid, un crucero por el adríatico y una campaña electoral. Yo sigo vivo y mi blog sigue aquí. Aprovechando estos momentos que te deja la jornada de reflexión me he pasado por aquí y me he dicho… voy a decir que estoy vivo, que sigo vivo, que quiero seguir vivo. Son muchos y cada vez más los motivos que acumulo. Son más y cada día más las razones que no me pesan sino todo lo contrario.
Mi mesa está como mi cabeza, llena de notas y vivencias que esperan su turno para asomar a este mundo, el de las letras. Notas vitales, notas esenciales. Relatos de viajes. Reflejos de experiencias. Artículos que hablarán de lo que he aprendido, de lo que he practicado. Del trabajo y de la vida. De las ciudades y los barcos. De comunicación y de política. Del 2.0 y de las personas. De Don Quijote y de La Mancha, de Mahler y Venecia, de lazos, de olas, de tácticas y estrategias.
Hablando de personas, la semana que viene volveré a serlo. Dejaré atrás este exilio voluntario de mi candidatura y seré de nuevo Javier. El de siempre. El que también lo ha sido estas tres semanas. Volveré a subir a mi columna de los martes en el diario. Tendré tiempo para escribir para mi mismo. Trabajaré en dios sabe quien que. Todo será como era antes y como lo ha sido durante. Todo o casi todo. La vida siempre te sorprende con sorpresas a las que hay que estar atento.
Estoy cansado pero contento y habrá quien me diga que aguarde que aún no se el resultado. Mienten. Yo si lo sé. he hecho un buen trabajo y lo he hecho en equipo. He sido feliz en el cansancio y he aprendido mucho. El tiempo intenso que he vivido me ha confirmado en lo acertado de mi apuesta y de mi compromiso con mi cabeza de lista, José Navas Amores, candidato a la alcaldía de Vitoria – Gasteiz por EB. Y ese resultado no tiene caducidad y hace ver lo gastado por bien empleado.
Mañana volveremos al trabajo, y cuando acabe el día estaremos satisfechos haya pasado lo que haya pasado. No dormiremos esta noche como la que acaba de irse no hemos dormido. El temple no es la ausencia de nervios sino el saber tratarlos con cuidado. Pero pase lo que pase a nosotros nos quedará el resultado de heber hecho todo lo que hemos podido con todo el cariño y el empeño con que hemos podido. El resto depende de otros que no somos nosotros.
En fin, que usaremos el día de hoy para nosotros después de habernos dejado tantos días en manos de otros. Nuestra piel está repartida entre los vitorianos, ahí nos la hemos dejado estos quince días y los años que han pasado.
Lo dicho… sigo vivo y en breve seguiré vivo y escribiendo…
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