Los que tenemos cierta edad recordamos con nostalgia el eslogan con el que he titulado estas líneas. Era, evidentemente, un anuncio de RENFE que me viene a la memoria a la hora de pensar en Foronda y su futuro. Nuevamente vuelve a la palestra el asunto de su revitalización y son varias las dudas y certezas que por uno y otro lado me asaltan. Vamos a ver si consigo resumirlas…
El caso concreto de Foronda auna las tendencias universales y las locales a la hora de llegar al punto en el que se encuentra.
Las tendencias universales cuestionan cada vez más la viabilidad del trasporte aéreo especialmente en distancias que ronden los 500 km (este radio va creciendo según aumentan dos factores, la red de alta velocidad y la obsesión por la seguridad aérea). Las tendencias universales cuestionan o al menos se replantean el mapa de infraestructuras en base a su sostenibilidad medioambiental y financiera. Son caras de contruir y de mantener. Consumen suelo, generan ruidos en su entorno y tanto esuerzo debe tener una ocupación racional.
Las tendencias locales nos hablan de la peculiar tendencia de los dirigentes alaveses de construir infraestructuras sobredimensionadas para las necesidades del territorio y esperar que vengan a usarlas los territorios vecinos sin haberse asegurado antes de ello. Y así nos va.
La fusión de las tendencias locales y universales nos hablan de una superpoblación aeroportuaria en nuestro entorno que, por otra parte, está cada vez mejor comunicado ferroviariamente y que en un plazo no demasiado largo lo estará mejor aún. La viabilidad del aeropuerto de foronda como terminal de pasajeros es por tanto, desde una perspectiva desapasioada y racional, más bien escasa.
Habría básicamente dos opciones para revitalizar esta actividad.
La primera es subvencionar a compañías para cubrir con dinero público o privado, pero en todo caso propio en cuanto al territorio, los deficits que genera una explotación no rentable y posiblemente innecesaria. Enlaces aereos con Madrid o Barcelona tienen dificil competencia con los alvia, en precio y prestaciones, y además resulta desde parámetros medioambientales más defendibles que mantener aviones con baja ocupación haciendo ese trayecto. El tren puede que sea más lento en el tiempo efectivo de viaje, pero las compañías aereas deberían analizar la forma de minorar los tiempos no efectivos de viaje (embarques y desembarques, con el tema de facturación y recogida de equipajes, los desplazamientos por los grandes aeropuertos, los tiempos de presentación, las medidas de seguridad, etc. etc). De no hacerlo el radio en el que el tren resulta más rápido en términos absolutos y reales seguirá creciendo con lo que ello, junto al precio supone de ventaja competitiva.
La segunda es buscar la viabilidad del aeropuerto como base de vuelos de largo recorrdo con destino no en álava sino en su entorno. En su día se planteó la posibilidad de proponer Foronda como base de vuelos trasoceánicos, pero , no nos olvidemos, no hay vitorianos para llenar un 747 con destino a nueva york ni más de 400 neoyorkinos que quieran venir semanalmente a vitoria, aunque tenga su almendra, su catedral y sea capital verde. Quiero decir que bajarán del avión y cogerán el autobús para ir a sus orígenes o a sus destinos. Podríamos por ejemplo intentar conseguir que si Bilbao se consolida como puerto origen de cruceros, sea foronda el aeropuerto de enlace, pero el asunto sería el mismo. Incrementaríamos la cifra de viajeros sin conseguir ni un duro de retorno más allá de los derechos aeroportuarios que, además de que tendríamos que rebajar para ser competitivos, se llevaría AENA y no nosotros. Este año aterrice en Bologna para embarcar en Ravena y puedo confirmar que ni yo ni ninguno de los cuatrociento y pico pasajeros del 747 dejamos un solo duro. Es más… no pasamos ni por la terminal sino por una puerta especial que nos habilitaron para llegar más pronto a los autobuses.
En resumen… que tal como lo veo siento tener que decir que no veo a fecha de hoy viabilidad a Foronda como terminal de viajeros. Y diré más, que tampoco me parece que el coste a pagar para que pueda disimularse esta inviabilidad, tanto en lo ambiental como en lo económico, resulte rentable ni sostenible. Siendo sincero no encunetro argumentos racionales para defenderla aunque reconozca el peso que pueden tener los emocionales.
Yo creo que sería mejor para el aeropuerto, para el territorio y para algo más extenso que los intereses de nuestro solar concentrarse en el mercado que ya tiene Foronda… las mercancías, y si en el futuro hay demanda de viajeros cubrirla sin regalarla… en algo que nos ha costado tanto cabe decir aquelloo de “el que lo quiera que lo pague”, que para regalar ya tendremos tiempo… ahora nuestro mercado son las frutas, las flores el pescado y los vinos…
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