Publicado en Diario de Noticias de ílava el 15 de noviembre de 2011
Lo que aprendemos es a menudo fruto y producto de lo que nos enseñan. Cierto que hay quien tiene sus propias intenciones y busca a sus maestros, pero lo más frecuente es que estos sean como los padres, que no los elije uno, es la vida la que te los pone. Y vistos los maestros que nos tocan y los que elegimos a veces se explican muchas cosas. Ya se que son distintos pero veamos un par de casos.
Para aprender a vender Vitoria la verde al mundo ha ido nuestra concejala al mismo Hamburgo. Y muchos se preguntan ¿Y por qué a Hamburgo? ¿Y qué tiene que ver Hamburgo con la verde Vitoria? ¿Dónde está Hamburgo? ¿Pero como va a ser verde Hamburgo si tiene que estar llena de vacas para hacer tanto filete ruso? Pues eso. Que si repasamos dentro de las noticias que hemos visto, leído u oído en el último año, incluso los que somos ávidos consumidores del periodismo en todas sus vertientes, de Hamburgo sabemos los tópicos y poco más. Bueno sí, Que es la que nos antecede como green capital. Digo yo que eso lo sabemos más que nada porque somos los siguientes. Visto así más nos hubiese valido ir a Nantes que es donde más hablarán de nosotros el año que viene.
Va mi hijo el viernes por la noche en la verde, europea y universal Vitoria y se acerca a la puerta de una discoteca senderista. Llegados que son, resulta que ya no vale ni la nacionalidad demostrable DNI en mano. Un blanco más blanco que mister proper, aunque si te descuidas sea eslavo, invita a entrar al niño blanco como él mientras hace lo contrario con sus amigos. Angoleños, saharauis, que se yo”¦ moros y negros no. Son las normas. ¿Las normas? Hasta la ertzantza se acerca por ahí, y el resultado viene a ser el mismo. Si acaso alguno de ellos mira al niño blanco con ganas de decirle”¦ si es que tú también”¦ a quien se le ocurre siendo tan blanco como eres andar con esta gente”¦ si es que luego pasa lo que pasa”¦ Puede que el niño exagere su relato. Puede que la noche que todo lo confunde distorsione algún detalle. Pero puede también que “la norma” exista y que seamos nosotros los que cerramos los ojos amparados en la noche. Esa norma que hace que un ciudadano pueda negar a otro su acceso a un local con independencia de los papeles de uno u otro, amparado tan solo en el color de uno y de otro.
¿Que es lo que han aprendido unos y otra? ¿Quiénes han sido sus maestros? ¿Quién los ha elegido? Luego más tarde nos daremos cuenta que de aquellos polvos vienen estos lodos aunque sean blancos, verdes, tostados o negros.
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