Publicado en Diario de Noticias de ílava el 20 de marzo de 2012
De cuando en vez me gusta ocuparme de las cosas importantes mientras otros lo hacen de las nimiedades que nos cuestan millones. Son esas cosas que no tendrían por qué costar un duro, aunque en Vitoria ya se sabe, y que separan la alabanza de la chanza. Como diríamos en lenguaje más llano es la distancia que media entre que una cosa te quede de coj”¦ o que el resultado provoque el general descoj”¦ Y una vez más se trata, como el lector seguramente habrá adivinado, de la cuestión de los nombres, y por ser más precisos, de nombres de estaciones.
Antes de nada diré que hay cosas que no tienen nombre, aunque como solía decir Javier Ortiz, generalmente lo tienen y todos lo sabemos pero no nos atrevemos a decirlo. Viene esto al hilo de que buscando ayer información sobre la ampliación del tranvía vitoriano, la primera referencia al Este tarda casi una página en salir. Antes nos encontramos con  el consenso y acuerdo alcanzado antaño en suscribir el eslogan ese de que todos necesitamos un poco de Sur, aunque nada parecía anunciar que el objeto de la necesidad sea ver el Este como parece que veremos. Hasta la Wikipedia, tan rápida a la hora de registrar fallecimientos para cerrar biografías, ignora todavía estas “promesas del este“.
Pero a lo que íbamos. Parece que nadie se ha dado cuenta de lo urgente que es repasar los nombres del trazado actual aún antes de ampliarlo. El motivo es evidente. Cuanto más perdure en el itinerario una estación llamada Intermodal más persistirá el debate ciudadano instalado en la “coña” que provocan nuestros desaguisados.
Eso sí podemos cambiar un nombre o buscar un común denominador para convertir el mapa del tranvía en un enriquecedor itinerario por nuestra historia más oculta. Empezaríamos por División Albiazul, para llegar a Consejo de Cultura Irrealizado. De ahí a Catedral que iba a ser grandiosa y se quedó en grande y más adelante Sancho el Sabio del que sólo nos quedó el nombre. Pasamos por Europa Green que nos patrocinamos y sin meternos en musgos ni en Honduras elegimos entre El parque que venció a una estación (antes Intermodal) o La plaza que excavó un baicenter y levanto una estación (antes Euskal herria/tzaindia según hablemos de boulevard o plaza). Y así hasta llegar al final de línea en Bioclimáticos (antes Ibaiondo) o Abetxuko más centro (antes Abetxuko más fuera).
Vale que cambiar intermodal es más corto y hasta más fácil pero las ardillas, de las que nunca habló nadie, bien se merecen un poquito de ilustración ciudadana.
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