Publicado en Diario de Noticias de ílava el 22 de mayo de 2012
No es extraño que esté la prima que trina con la banca que ríe. Se han perdido el respeto a si mismos. Ya no son esos señores serios que nunca sonreían. Ahora los humoristas han sustituido a los economistas y de tanto aspirar activos tóxicos y jugar a futuros vuelan sin rumbo alejándose de sus principios básicos.
Así me lo contaba el otro día un buen amigo. No me han dejado hacer un ingreso, me dijo. Y yo pensé que había intentado colarse en el consejo de Administración, pero no, tan solo había intentado hacer un pago, esto es, ingresar efectivo en la cuenta de un tercero. Que digo yo que lo mismo dará que sea tercero que primero, ¡que es dinero! ¿Y cómo no va a ir mal la banca si, en vez de ponerse de rodillas ante la visión del vil metal o del papel timbrado, ni levantan los ojos y te dicen que si es para un recibo antes de las diez y que si no tienes cuenta te cobran comisión por el ingreso?
Nos habíamos acostumbrado a que nos cobrasen por sacar dinero de cajero ajeno. Hace años que pagamos sin protestar por las tarjetas que en su día nos regalaron. Asumimos como muestra de seguridad que nos pongan cada vez más dificultades para sacar nuestro dinero. ¡Qué bien que nos lo guardan! decimos confiados. Y eso aunque a veces haya que hacer como lo que me contaba también el buen amigo. Quería sacar 300 euros, dijo el confiado ciudadano, y el cajero contestó: eso en el cajero, (en el automático, no en el pseudo humano añado yo). Y el uno que dame lo que es mío y el otro que no te lo doy. Así hasta que el inspirado ciudadano dijo: bueno vale, dame 600 euros. Así sí, dijo satisfecho el cajero de carne y hueso. Y ya con el dinero en la mano dijo el ciudadano: quiero hacer un ingreso de 300 euros. A regañadientes y al grito de ¡pero es que! lo aceptó el cajero mientras anotaba en su libreta: “hacer propuesta de mejora para no permitir ingresos hasta dos horas después de pedir reintegros”.
A todo eso y más nos habíamos acostumbrado. Pero a que nos cobren en el acto por cogernos el dinero me da que no. Así que cuando aquí y allí hablamos del descrédito (y nunca mejor dicho) de las instituciones, no es de extrañar que todas coincidan en querer recortar cultura y educación. Se han dado cuenta de que sólo así se pueden seguir dedicando a lo que a cada uno le gusta: cazar elefantes, inmatricular bienes, coger champiñones y ganar dinero con el dinero ajeno. Quieren seguir cada cual a lo suyo y que nosotros hagamos lo mismo, seguir a lo suyo, no a lo nuestro.
pues si esta te parece para coger las pistolas espera a leer la siguiente 🙂
Para coger las pistolas y empezar a tiros, esto empieza a ser una seria amenaza a la salud mental de los mortales de a pié.
Di que sí, gracias, yo me voy a indagar en la historia que es más seguro :-)))
Joder Javi, como est.a el patio. Aquí no hace falta mucha más presión para que las escenas de pánico empiecen a ser un hábito. Histerismo y el sálvese qién pueda empiezan a ser habituales. En fin, que nos pille bien calentitos y a gusto. Saludos.
Certero y directo. Enhorabuena
gracias tú 🙂
muy bueno!