Publicado en Diario de Noticias de Álava el 8 de octubre de 2013
Que no, que no se me ha ido la olla ni la medicación me impulsa al desvarío. Que no me refiero al en otro tiempo conocido como el bueno de Mariano. Más que nada porque todavía no se ha ido. Me refiero, excluido por prescripción facultativa el marianito seco, al mejor de los Marianos: Mariano José de Larra. El periodista que pasó a la historia del columnismo con su “Vuelva usted mañana”. 180 años hace de aquello y hay que ver como se le echa de menos cuando vuelve hoy uno, en pleno siglo XXI, a asomarse a una ventanilla. Y no digo yo que el mobiliario, la iluminación y hasta la indumentaria del funcionario no hayan cambiado a mejor. Pero en la esencia, en aquello del servicio y la gestión, tengo la impresión de que, en este caso al menos, aquello de que cualquier tiempo pasado fue mejor se puede decir con toda la razón.
Y es que han pasado 180 años y de lo del vuelva usted mañana hemos pasado al pida usted cita previa y vuelva dentro de un mes para que le digamos lo que tiene que traer cuando volvamos a darle cita previa dentro de otro mes. ¿Pero no se me pasará el plazo, señoría? Pregunta el aspirante un poco confundido. No se preocupe usted, el plazo se detiene en cuanto recibamos su llamada, no a usted. Y se queda su señoría tan ancha. Y se queda el aspirante pensando que igual el celoso funcionario no ha comprendido que la ayuda que uno pide no tiene por objeto que la disfruten sus herederos, sino uno mismo, a fin precisamente de no dejar herederos antes de lo estrictamente necesario. Y a veces en un arrebato el aspirante se indigna y aún indignado y antes de que pueda expresar su queja es invitado a solicitar cita previa para quejarse y hacerlo más tranquilo… dentro de un mes.
Pues que quieren que les diga… aunque estemos en pleno siglo XXI, a mi me gustaría aunque fuese solamente eso, volver mañana y no dentro de un mes.
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