Título: Un millón de vacas.
Autor: Rivas, Manuel
Origen: Galicia, 1989
Edición: Edición Xerais de Galicia, Vigo, 2010 (12ª Edición)
ISBN: 978-84-9782-606-8
Adquisición: Me lo trajo el “Apalpador” en las navidades de 2013-14
Terminado de leer el 31.XII.2013
Mi referencia : A-00111
Comentario: Se ve que “o Apalpador” había leido la cita que abre mi libro sobre franceses brigantes y alaveses y “dixouse” que no podía seguir viviendo sin leer al autor de la cita, Manuel Rivas, expresándose en su lengua original. Y se dijo bien. Porque hasta entonces había vivido sin hacerlo y eso que me había perdido.
Un millón de vacas es una recopilación de relatos. 18 relatos escritos hace casi un cuarto de siglo y sin embargo tan frescos. La que yo he leido está escrita en Gallego. Lo cierto es que para un lector bien formado no resulta complicada de leer aunque no sea “gallegofalante”. Es más, la dificultad que puede suponerle se compensa con creces con la riqueza de lo que a cambio obtiene. Para mi este libro ha sido un doble o triple descubrimiento. Porque en sus páginas descubres a un autor, pero también un idioma y hasta incluso una cultura. El idioma es tierno y mágico, cálido y sensible pero a la vez melancólico. En manos de Rivas te transporta a escenarios realmente irreales que emocionan, que arrancan sin apenas darte cuenta una sonrisa y hacen que una lágrima discreta resbale por tu mejilla más por emoción que por tristeza.
Los cuentos son todo un muestrario de lo que el relato breve puede trasmitir, casi un manual, un glosario. Son relatos en los que comparten espacio la tradición y la modernidad. Con realidades que se confrontan a través de sus personajes y sus situaciones en un mundo que cambia y en el que aún conviven los restos de lo que fue con lo que es camino de lo que se está haciendo ser.
El lenguaje es muy literario, y leerlo en castellano tengo la impresión de que sería mutilarlo. Eso sí, pensé al leerlo que no entiendo como alguien que tenga la ocasión de usar como propio este idioma puede abandonarlo en un cajón como si le diese verguenza usarlo. Igual es por cuestión de caracter, pero a mi me ha conquistado.
Este es uno de los finales de cuento que más me han impactado y mejor resumen lo que os acabo de contar…
-Ese da televisión era vostede.
O estranxeiro asentiu.
-Polo visto, vostede está morto
O visitante deulle a razón cun xesto.
-¿Afirmativo?
Asentiu de novo.
O neno estaba ante o ventanal, debuxando cos dedos no bafo. O pai chamouno a berros para que se achegase e subiuno á barra, fronte ao navegante.
– Mira, aí tes. Este señor está morto.
E deulle garimosamente outra labazada na cabeza.
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