Realimentarse

Tenemos lo que nos merecemos y lo tenemos cada vez por más tiempo y de forma más intensa. Hemos logrado el sistema perfecto. El invento detrás del que anda todo inventor; el motor eterno; el sistema capaz de realimentarse y crecer comiéndose a si mismo. Aquí, y gracias al sistema, lo único que cambia es la intensidad con la que se produce lo mismo.

Y este fenómeno de la retroalimentación del status quo se da en cosas tontas como los deportes, o lo que fueron en su día deportes, pero también en la cultura, los espectáculos, y, lo que es más problemático, en la representación de la ciudadania en las instituciones de gobierno. El sistema se vende a si mismo diciendo que es algo parecido a una carreta a la que cualquiera puede subirse y coger las riendas. Lo que no dice es que la carreta va sobre railes, que la direción no cambia, solo la velocidad a la que avanza.

¿Pero esto que digo es una paranoia, una conspiración inventada o tiene algo de sentido?

Pues yo os expongo algunos casos y vosotros me diréis.

Supongamos una “competición deportiva” en la que dos o tres equipos se llevan la práctica totalidad de los ingresos del grupo porque son los mejores. Son los mejores porque ganan más a los demás que los demás a ellos. Como tienen más ingresos pueden contratar mejores deportistas con lo que cada vez son ellos mejores y el resto peores, con lo que cada vez se llevan más ellos y menos el resto y van así quedando más solos en su condición de mejores.

Supongamos un autor que vende mil novelas cuando lo normal es vender doscientas. La editorial invierte más dinero en la promoción del de las mil, y le coloca en las mejores librerías y dedica más dinero a anuncios, y a entrevistas a menudo pagadas, actos de presentación etc, con lo que el autor vende 10.000 novelas en vez de mil, con lo que la siguiente tendrá aún más medios mientras la del pobre de los 200 ejemplares se la autopublicará en bubok.

Supongamos que un partido gana elecciones y que otro quiere ser una alternativa. El que gana elecciones hace las leyes y legisla que el espacio electoral en los medios públicos es proporcional a los resultados anteriores. El que ganó tiene más espacio, le es más facil llegar y explicarse, cosa que le pasa al segundo, que perdió por poco. El que se presenta como alternativa a los que ganan y hasta a los que pierden no tuvo resultados, ergo no tiene espacio ergo nadie le conoce ergo sigue estando fuera. Esto es lo legal, pero es que luego van los medios no públicos, los que no tienen obligación legal de este reparto de espacios y hacen exactamente lo mismo, con un matiz, cada uno pone mejor a los suyos y peor al resto.

Y así se realimentan todos ellos, que en el fondo son los mismos, a costa de la ingenuidad y poca sangre del resto de nosotros mismos, y así nos va… Conspirando y viendo fantasmas.

 

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