Publicado en Diario de Noticias de Álava el domingo 10 de mayo de 2015
Mayo es el mes de las flores y este año el de las elecciones municipales y forales también. Las elecciones son como el cine. Hay superproducciones, coproducciones, series B, películas amateurs y hasta los videos del cuñado o la cuñada con el resumen interminable de las vacaciones.
En las grandes superproducciones está todo muy cuidado para gustar a la mayoría. Por eso, cuanto más generales son las elecciones más difícil resulta ver cine independiente sin dejarse llevar por las grandes estrellas. Pero llegados que somos a estas elecciones tan nuestras, tan locales y tan provincianas, nos preocupa menos el glamour y más lo de encontrar a conocidos, para bien o para mal, entre el amplio reparto que se nos presenta. Porque aquí nos conocemos todos, y si no nos conocemos, nos distinguimos. No confiamos demasiado en las críticas de sobre y palmero, ni nos creemos a pie juntillas el argumento que dicen que van a contarnos. Nos quedamos sentados en la butaca hasta que acaba la película y luego decimos según pasan nombres y más nombres: a ese le conozco yo.
Yo esperaba que en este festival hubiese habido menos cartelera. Pero no. Al cine emergente le ha pasado lo que a veces nos pasa a todos con el cine y la literatura. Se ve que, aún siendo muchos los lectores del best seller de la temporada, cada uno se ha hecho su película, y a la hora de ponerse a producirla en vez de hacer una cinta digna nos presentan cuatro o cinco series B, y así claro, al final con tanta cinta sin rematar y en el mismo horario uno acaba por quedarse en casa con el DVD o volviendo a mirar el reparto de las productoras de siempre por si hubiera algo interesante que ver, que siempre es mejor eso que quedarse en casa.
Más aún cuando Vitoria – Gasteiz está pendiente de una decisión más importante que un jardín, una rotonda o un parking. Vitoria – Gasteiz tiene pendiente una decisión trascendente sobre su identidad y sobre su marca. Y eso pesa en todos y cada uno, tanto en los votantes en primera instancia, los que elegiremos a los concejales, como en los votantes en segunda instancia, esos concejales electos sobre los que recae la responsabilidad de elegir alcalde. De unas y otros depende que el próximo alcalde de Vitoria – Gasteiz nos represente a la mayor parte de la ciudadanía en vez de representarse a si mismo con su minoría ante el silencio y la incapacidad de acuerdos del resto.
Vitoria – Gasteiz, y lo mismo puede decirse para Álava / Araba, no puede seguir menguando sobre el resentimiento gris y la inferioridad acomplejada. Ya basta de mirar a los extraños con recelo y hasta a los propios como extraños, delirando incluso con argumentos como que nuestra propia lengua es una amenaza. Somos una sociedad plural, rica y creativa compuesta por personas que no tenemos por qué mirar a nadie con envidia ni con desprecio, sino con cariño, respeto, y ganas de aprender, y de enseñar, y de crecer y compartir juntos.
Yo ando mirando mis papeletas con atención y deseando mucha suerte a los amigos que tengo en otras papeletas más pequeñas de sitios a los que guardo mucho cariño. Porque si en los grandes municipios tiene mérito ser aunque sólo sea candidato, en los pequeños no sé si es heroísmo, pero entrega y bonhomía a raudales. Y si no que se lo digan a Roberto, aspirante a la reelección en Argantzun o a mi amigo Enrique, aspirante a estrenarse en Trebiñu. Y los cito a ellos como podría citar a muchos otros, de estas y de otras circunscripciones, independientes o militantes de sus partidos, porque son gente buena, no profesional de esto, gente de la de los repartos más que de los protagonismos, y porque como no puedo citar a todos cito a dos que conozco y en dos circunscripciones que como buen alavés llevo clavaditas en el corazón, las del enclave de Treviño.
Las voces de cámara y acción ya están dadas, el montaje hecho, las luces apagadas y en breve empezará la sesión. De nuestros aciertos y nuestros errores depende que sea drama o comedia, y sobre todo, que el final sea triste o sea un happy end.
Leave a Comment