Publicado en Diario de Noticias de Álava el 16 de junio de 2015
Me puse el sábado a escribir mi arbolario y no pude. Las noticias se sucedían una tras otra, lo que me recordó la pasión que mi amigo y maestro Luis Lejarreta sentía por los chistes de noticias. Su favorito era ese en el que el capitán del trirreme imperial fondeado en Ostia se dirigía a los remeros y les decía “Remeros, tengo dos noticias, una buena y una mala”. “Diga la buena”, gritaban los remeros, y el capitán decía “ha venido el Cesar” y los remeros estallaban en júbilo hasta que alguno se acordaba y decía “diga la mala”, y entonces el capitán informaba “ha venido a hacer esquí náutico”. Se casaron por fin los novios y la plaza volvió a su calma cuando me dí cuenta de que hablando de noticias tenemos un consejero de salud que ha conseguido superar lo de los chistes de noticias buenas y malas. Vas al médico y te da dos noticias sin que sepas cual es la buena y cual la mala. Una es que aún no ha vuelto a empeorar tu hígado hasta ponerse lo malo que estaba antes de empezar el tratamiento que acabó por no conseguir matar el virus que te está matando lentamente. La otra es que por eso mismo de lo de darte las pastillitas que te hacen falta te olvidas, por lo menos hasta enero. ¡Milagro! Gracias a la equidad de que me habla el consejero no haber empeorado no es una buena noticia, sino mala. Eso sí, con las noticias de salud en esta tierra nuestra pasa como con el otro chiste, el de que van dos y se cae el de en medio. Aquí de las dos noticias la peor sigue siendo la de en medio, la de que siga el equipo que de forma tan equitativa nos maltrata al no tratarnos porque es incapaz de conseguir nuestros medicamentos a un precio razonable. Y alguno me dirá que le estoy contando la pena de Murcia, pero es que para más INRI, en este caso, la pena es no estar en Murcia, o en Logroño o en Burgos… sitios donde dan lo que aquí nos niegan.
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