Publicado en Diario de Noticias de Álava el 23 de junio de 2015
Empezó el año y me cayeron 50. Conozco a gente de 90 y hasta de 99 bien llevados. Pero a pocos conozco con más de 100 años. Así que me dije: “Javier, acabas de terminar la primera mitad de tu vida”. Soy un optimista.
Instalado en una edad provecta me seguí diciendo: “Ya no eres un crío, tienes la edad suficiente, este año por fin puedes ir al Azkena”. Y allí me planté. Había gente incluso mayor que yo encima y debajo del escenario. También los había más jóvenes. Es cierto. Pero los mayores me enseñan y de los jóvenes aprendo. Es así. Cosas como que los años no pesan aunque pasen siempre y cuando sepas llevarlos. Y llevarlos como lo que son: años pasados que no tienen porque ponerte pesado. Disfruté de amigos, acordes y compases y hasta sobreviví a una avalancha de mastodontes. Y entre zeta y zeta, top y top hasta tuve algún ratito para pensar en mi arbolario. En nuestro arbolario. El pergamino, como diría mi amigo Raymundo. Este rinconcito en el que durante años hemos compartido un ratito cada martes.
Tres años de arbolario y casi cinco de octavas columnas. Unas 300 citas. Pensé, mientras saltaba yo también a golpe de baqueta, en los amigos, amigas y hasta desconocidos con los que he tratado de intercambiar semanalmente letras por sonrisas. Recordé a los que ya no me leerán aunque siguiese yo escribiendo. Volvió a mis ojos la lagrimilla fugaz que un día corrió por ellos y por mi mejilla. Pensé en mi corrector, el señor Vegas, lunes a lunes pendiente de los deberes. Pensé en los que esperan mi correo. Pensé que tendría que hacer algo que resumiese todo esto, porque 1850 no son caracteres suficientes para recoger ocho años. Y se me acabó el Azkena pensando que a mi me quedaba un arbolario, el azken arbolario. Pensé que tendría que pensar algo bueno mientras buscaba la forma de pensar algo mejor. Y ahí ando.
Nos vemos pronto. Seguro.
Impecable Javi. Gracias x cada martes. Ahora espero seguir leyéndote cada día y unir en un sólo momento la enseñanza de los mayores y el aprendizaje de los jóvenes. Y tu honesta interpretación.
Eskerrik asko… abrazotes