Publicado en Diario de Noticias de Álava el domingo 5 de diciembre de 2016
Las respuestas a los grandes enigmas de la vida se esconden en los lugares más insospechados. Encontrarlas es más cuestión de paciencia que de tesón en buscarlas.
44 años llevábamos preguntándonos qué fue de Jose Luis López Vázquez desde que quedase encerrado en su cabina y depositado en el almacén al que fue llevado en un camión pequeño, sin toldo, de caja baja, enhiesto como un reo en el carro camino del patíbulo. Fue un 13 de diciembre, miércoles, cuando la tele del régimen nos sorprendió con aquella historia hermética, kafkiana, que empezaba siendo cómica y acababa siendo angustiosa. Una historia sin final féliz, como se dice de las cosas que terminan sin respuesta clara y te hacen pensar sin saber muy bien qué.
Pero el jueves tuvimos esa respuesta aquí mismo, en Vitoria – Gasteiz. La noticia tiene un titular confuso, pero vistos los reportajes fotográficos, y especialmente el extenso vídeo que grabó la ETB, no hay duda: Jose Luis López Vázquez se convirtió en la Virgen Blanca y el jueves fue trasladado al Museo de Arte Sacro. Habrá quien diga que desvarío, pero yo responderé con el vídeo cuya visión recomiendo. Estoy convencido de que, aunque parezca obra de un reportero, es resultado de la vuelta a la vida de Plans, autor del relato en el que se basa La Cabina, y de la vuelta a la memoria de Mercero, el director que lo puso en imágenes. López Vázquez no hace falta que vuelva, está aquí, transmutado pero está. El vídeo es como La Cabina pero al revés. Con toques de esperpento, la cabina, perdido el rojo con el tiempo, es movida con grúas y otros medios hasta el exterior del almacén y allí cargada en un camión, de caja baja, sin toldo, y de pie como un reo en el carro patibulario parte camino de su destino. No podré evitar a partir de ahora sentir que una voz suena junto a la Blanca y dice aquello de “Caray con el señorito!!”
Ver vídeo del traslado al que se hace referencia en la columna
Ver La Cabina con presentación de su director Antonio Mercero y Jose Luis López Vazquez
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