La “muralidad” vitoriana

Publicado en Diario de Noticias de Álava el miércoles 24 de octubre de 2018

Se están alzando últimamente en el ágora vitoriana voces contra la “muralidad” pública de nuestra ciudad, especialmente la de su almendra medieval. No se trata de disolutos amorales clamando contra curas y monjas, sino de artistas y arquitectos que cuestionan la ciudad pintada que ha ido creciendo en las paredes yermas de nuestro casco antiguo.

Se dice que su colorido es excesivo y hasta infantil, como posiblemente lo fue el de las pinturas que vistieron muchas de las piedras y ladrillos que ahora tanto nos gusta enseñar. Que son simples y hasta un poco “happys”, vamos, que parecen los gatitos y las frases de Coelho que vemos en el FaceBook, cosa por otra parte enormemente popular. Que no responden a un plan pero a la vez que actúan como un todo que altera el ecosistema artístico conceptual del casco medieval. Se habla en definitiva de algo parecido a cierto intrusismo en el mundo del arte, el urbanismo y la historia en un casco viejo en el que, por cierto, abundan las reconstrucciones tipo Exin Castillos y hay una amplia y variada oferta cultural.

Es un debate viejo: el que enfrenta a élites creadoras organizadas y expertos varios con el común de los mortales, otros creadores incluidos. Y la cosa es que si el común no entiende ciertas cosas y si otras, eso sólo se arregla con formación y educación. En la escuela, en los medios y en la calle. Bajando del púlpito y acercándose a la barra del bar y a la cola de la pescadería.

Los murales de la almendra son fruto de muchas voluntades y suman tantos partidarios como participantes o más. Visten la ciudad y dicen algo, más de lo que había, desde luego. Pero quedan aún misiones para la “muralidad” vitoriana. Por ejemplo, tenemos un barrio lleno de calles dedicadas a pintores. ¿Qué tal si enseñamos a su vecindario qué pintaban sus pintores pintando con ellos sus cuadros en sus calles?

 

4 comentarios

  • javier vegas dice:

    Se agradecen las disculpas. Sinceramente. Gracias.

  • Eneko dice:

    Le pido disculpas sinceras si mi tono le ha resultado agresivo, y dobles disculpas si considera que mi comentario es resultado de una falta de comprensión lectora de su texto. Realizada una segunda lectura tras sus explicaciones es posible otra interpretación que no merece mi primera reacción. Me alegra comprobar que la decepción y mala impresión que me había generado su comentario han sido fruto de mi torpeza y no de una supuesta ignorancia o mezquindad por su parte.

    Reciba de nuevo mis disculpas y respetos, y le pido que tenga a bien hacer público este comentario.

  • javier vegas dice:

    No se a que viene tamaña agresividad. Menos aún cuando nace de la incomprensión. En la columna se habla de dos colectivos. Los expertos varios y las élites creadoras organizadas. No se porqué piensas que un arquitecto colegiado es élite creadora organizada y no experto vario. Por lo demás tu comentario es más como para pedirte que pidas disculpas teniendo en cuenta que te has patinado que para pedirtelas por mi opinión. Me sobran tus insultos.

  • Eneko dice:

    Llamar a un colegio profesional “élite creadora organizada” es desconocer la razón, función y organización de los colegios profesionales. Y hacerlo con la intención de caricaturizar burdamente a quien se pretende criticar para lograr a bajo coste la empatia del lector con el escritor es una muestra de ignorancia acerca de los trabajadores colegiados y de su situación legal y laboral. Y si no es ignorancia, solo se me ocurre que pueda ser mezquindad.

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