Teología

Publicado en Diario de Noticias de Álava el 24 de abril de 2019

Hay que ver lo complicada que es la teología. Es una de esas ciencias que, empeñadas en explicar lo inexplicable, se pierden en sesudos debates cuyas mayores aportaciones a la humanidad son expresiones como “discusiones bizantinas”, “debatir sobre el sexo de los ángeles”; o liarse con aquello de la contingencia y la necesidad o de con cómo es posible ser uno y trino. Al final de las cosas más sensatas que uno oye, y no deja de ser una copia del socrático sólo sé que no sé nada pero en versión derrota, es aquello de que los caminos del señor son inescrutables. Eso deben estar pensando los que salieron al exilio de las procesiones con ansias de sol y buen tiempo y descubrieron que la asamblea de majaras se había disuelto, porque, especialmente los que apostaron por el valor seguro de Levante, han vuelto más blancos que las aspirinas y haciendo paradicas a por frenadol y termalgin. ¡Vaya tiempo! que alguno ya dirá, ¡este Dios! mira que castigarnos por dedicarnos a buscar chapuzones, cervezitas y algún que otro cubata al abrigo de las terrazas, ¡qué malo! Aunque también se podría pensar que esto más que un castigo es una campaña de marketing para invitarnos a dedicar estas fiestas a lo que son, a la flagelación y al luto, y ya resucitados ¡vuelta a trabajar! que para eso somos paganos de la maldición aquella del pan y el sudor de la frente. Pero claro, es que con tanta lluvia y viento ni para procesiones ha estado. Y es que una cosa es el recogimiento y otra poder lucir la mantilla. Vamos, que es como si a una primera comunión le quitas el viaje a Eurodisney, se queda en nada. En fin. Que me da que me estoy poniendo un poco teológico, por aquello de los ángeles y los bizantinos, y estos días hay cosas más interesantes así en plan debate. Aunque, ¡uy espera! que visto lo visto me da que mejor seguimos con lo de los ángeles.