Detallicos

Publicado en Diario de Noticias de Álava el miércoles 8 de mayo de 2019

Conocí hace años en Madrid a un tipo peculiar. Aparecía de vez en cuando por mi piso de estudiantes. Se escapaba del caserío con la pasta que sacaba su familia por las vallas publicitarias que tenían en el terreno, cogía un tren y se plantaba en los madriles con traje, corbata y bien afeitado. Dormía en la calle y se aseaba en los servicios de los bares. Según él se dedicaba a negocios, importación y exportación. Le poníamos un café y nos contaba. Tengo grandes proyectos, nos decía, publicidad en globos. Creo que le acabaron internando.

Cada vez que llegan las elecciones me acuerdo de él. Quien más quien menos de quienes se presentan tiene siempre grandes proyectos. Enormes, grandiosos y tan volátiles como los globos con que soñaba nuestro amigo. Y el caso es que luego, en el día a día, uno echa de más los grandes proyectos y sufre en silencio los pequeños detalles que te alegran el día o te lo hacen más amargo. Por eso me gustaría invitar a que alguien o todos en conjunto se plantee incluir en el organigrama municipal un nuevo cargo, otro sí, pero de gran utilidad: la Oficina de Detallicos. Un lugar que vele por pequeños detalles en el funcionamiento de los grandes proyectos y de los pequeños también. Esas cosicas que pasan inadvertidas a ingenieros y ediles, pero que también importan. ¡Qué se yo! Alguien que indique que en los papeles que ponen en las señales provisionales de prohibido aparcar es imposible, sin gafas y muy de cerca, saber de cuando a cuando dura la provisionalidad; o que los pasos de peatones, provisionales o no, están en el sitio por donde no pasa la gente, lo mismo que los validadores del tranvía están donde se amontona, o… Bueno, no sé, que los hay a miles. Detallicos nada más, pero sería un detalle buscarles soluciones, porque, a fin de cuentas, pensar en ellos es acordarse de nosotros, y viceversa.