Publicado en Diario de Noticias de Álava el miércoles 29 de mayo de 2019
Frente al portal de la casa en la que vivo caben tres coches aparcados. No siempre. Ayer mismo vi como alguien se comía con el suyo los dos huecos que quedaban vacíos. “Es que si no tengo que hacer muchas maniobras para salir” me dijo cuando se bajaba y se lo comenté. Hizo amago de subirse y tratar de arreglarlo, pero en cuanto me di media vuelta se largó. En medio se quedó el vehículo. Cuando volví pensé dejarle una nota en el limpia, pero llovía. Me hubiese gustado tener papel de multa, por lo del susto y porque este tipo de actitudes deberían ser más multables que muchas cosas por las que nos multan. Hubiese puesto: “Cuando vayas buscando aparcamiento y veas huecos perdidos como el que acabas de dejar acuérdate de cómo has aparcado y la siguiente vez que aparques, piensa en ti”. Luego pensé que este tipo de notas podrían colocarse en muchas otras situaciones. En servicios de atención al público, lo mismo da un ambulatorio, que la taquilla del bus, la ventanilla única o la tienda de telefonía, donde nos explayamos en explicaciones ya explicadas mientras la cola crece detrás nuestro; en los carriles izquierdos de las autovías; en pasos de peatones, aceras, bidegorris o cedas; en el entorno de los contenedores donde dejamos nuestros enseres sin previo aviso; etc. Son ese tipo de momentos en los que todos tenemos excusas para hacer lo que no nos gusta que hagan los demás. Nos falta pensar en nosotros cuando criticamos a los otros. Hasta en las urnas, vistos los resultados así en general, habría que poner una nota de este tipo para los que van, y para los que no van en los bares o en sus casas: “Piensa en ti cuando decidas para todos y, cuando te quejes, recuerda lo que tú hiciste o dejaste de hacer”. Dicho de otra forma, cuando hagas algo al grito de “y los demás que se …” piensa en que tú mismo, para los demás, eres uno de ellos.
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