Esencias

Publicado en Diario de Noticias de Álava el 1 de abril de 2020

Lo esencial es invisible a los ojos, decía Exupéry por boca del principito. Una frase bonita a la que a veces le asoman cabos sueltos. Por ejemplo ¿Qué es lo esencial? Según lo que contestemos, dejamos claro a ojos vista quienes somos. Hay para quien es eso que va en un frasquito pequeño. Y ahí andan, aprovechando estos días para comprar perfumes y cosméticos on line. Igual que los de los zapatos, camisetas y esas cosas que no parecen esenciales, y menos aún estando confinados. No se le ve mucho sentido a ponerse como un pincel para ir de la cama al sofá. Pero claro, somos antiguos, lo esencial es salir fashion en instagram. Todo perfecto si no fuese por la explotación de los pobres currelas que trabajan en su distribución, y en especial de los repartidores que están sobreexplotados con los caprichos de tanta idiotez.

Para otros lo esencial es la producción. La ponen por encima de los que la producen y de los que finalmente la tendrían que comprar. Y luego hablamos de estrategias, DAFOs y esas cosas, y viéndolo así se entiende menos aún. Una estrategia que busque mantener viva la economía poniendo en peligro la vida de quien la sustenta está de por sí abocada al desastre. Nadie produce porque no hay nadie, pero no pasa nada porque tampoco nadie consume. El círculo perfecto, sólo queda el beneficio. Ya, ¿pero cuál y para quién? Si puestos a no quedar, aquí no va a quedar ni dios. ¿No sería lo lógico parar ahora y estar en condiciones de producir a tope cuando los listos del norte se bajen del burro y empiecen a hacer lo que ahora hacemos nosotros? Lo hizo China, y ahí está, arrancando con fuerza. Hagamos lo mismo. Porque lo esencial no es el beneficio parcial de este o aquel, sino el social de haber superado esto y salir con buen pie. Como gusta recordar un amigo, decía hace años su entrenador: Lo importante es lo principal.