Realidades

Publicado en Diario de Noticias de álava el miércoles 3 de junio de 2020

Estaba en el bar, sentado en mi mesita. Al fondo, en la tele, un señor hablaba. Bajo su efigie corrían las letras cantando consignas. La situación era delicada pero no catastrófica. El estado, en todas sus instancias y jerarquías, se comprometía a tender su mano salvadora. Quien más quien menos tendría una solución a la medida. Un ERTE por allá, un crédito ICO por acá, ayudas al comercio, mano tendida a hosteleros, apoyo a PYMES, abrazos al sector agrario… la cosa no pintaba mal. Había silencio en el bar. Uno preguntó: Oye, y este de al lado ¿cómo es que ha cerrado hoy? Bueno, le vinieron el otro día y resulta que le faltaba no sé que papel, que ya lo estaba tramitando pero bueno, que lo mismo hasta octubre no resuelven pero que mientras… ya, y le crujieron ¿no? Pues sí, y ahí anda a ver como lo arregla. Salió el hostelero corriendo a la terraza, no puede poner más sillas, que ya nos dieron un toque ayer, ya bueno, lo siento, sí, otra vez será. Se animó otro parroquiano. Pues no es por nada, pero yo lo de los ERTEs estoy por verlo, porque todavía no me han ingresado un euro, menos mal que mi hermano me está echando una mano. Pues suerte tienes, porque el mío pidió un crédito ICO de esos y, joder, que para un par de millones ni tan mal, pero para los miles que necesitaba él ni pa’ dios, uno personal se ha tenido que pedir. Pues yo quería haber abierto la tienda hoy, pero el de al lado que abrió ayer ha tenido que cerrar, no sé que historia no cumplía bien, y ahí ando, mirando a ver. Se hizo el silencio, todos juntos saldremos de esta, dijo en la tele no sé quién, y de pronto me dio por pensar que la distancia que hay entre la realidad y las promesas es la que marca el poder silente de la burocracia y de su brazo armado, el imperio de la ley con chapa, y contra eso, poco valen las buenas intenciones por más que las publiquen.

Leave a Comment

Límite de tiempo se agote. Por favor, recargar el CAPTCHA por favor.