El gobierno vasco con su lehendakari a la cabeza ha comunicado que la hostelería vasca podrá abrir el sábado 12 de diciembre en condiciones similares a las que estaban vigentes antes del cierre del 7 de noviembre, con la salvedad de que solo podrá abrirse hasta las 20:00 horas.
¿por qué?
Hemos de recordar que el toque de queda sigue vigente y queda establecido a las 22:00, y que en ningún otro sector de actividad se imponen restricciones en cuanto al horario para la actividad dentro del respeto a las genéricas establecidas por el toque de queda o incluso más allá de estas.
Una vez más la hostelería es diferente.
Recordemos que es el único sector cuya actividad se ha visto impedida sin que de forma previa hubiese estudios epidemiólogicos relevantes ni públicos que la sustentasen y sin que a posteriori se haya producido un resultado significativo que pudiese avalar la relación causa efecto entre hostelería y extensión de la pandemia.
Existen diferencias evidentes entre lo ocurrido ente los meses de marzo y mayo, y lo que se ha hecho y sigue haciéndose ahora. Antes se produjo un paréntesis en toda la vida social. Todo estaba cerrado, salvo alimentación y cuatro cosas más. Ahora sin embargo a los implicados en el sector hostelero se nos cae la cara de vergüenza cuando recorremos las calles abarrotadas en las que toda la actividad permanece ajena a la emergencia sanitaria mientras la nuestra está clausurada. No sólo eso, esa clausura se ha aprovechado como un nicho de negocio para que otros sectores satisfagan necesidades de nuestra clientela natural, eso sí, sin las precauciones y el cuidado con que nosotros las atendíamos.
Después de este mes de agravio comparativo sin justificación científica que lo soporte, y tras tomarse tranquilamente el puente, alargando un par de días más nuestra condena, aparece el gobierno salvador y nos perdona la vida. ¿Así sin más? No. Nos mete una pullita, una más, que cerremos a las 20:00 horas.
Uno no sabe si el que discurre estas historias es que no tiene vida social o dicho de otra forma, ni puta idea de lo que es la hostelería en nuestra sociedad, o es que siendo conocedor de ello busca la forma de joder sin más.
¿Qué supone de facto el cierre a las 20:00?
Que los hosteleros pierdan la oportunidad de, aún con las medidas que se venían respetando antes del cierre, trabajar una de las horas más productivas de la jornada.
Que nuestros clientes tengan la oportunidad de darse un respiro antes de concluir la jornada y respetando el toque de queda.
Quien establece esa hora ignora a todos los trabajadores que tienen jornada partida y que la terminan a eso de las ocho, y que tienen tanto derecho a comentar la jornada y solazarse como los que la terminan a las 15 horas o los que directamente teletrabajan y tienen una jornada difusa.
Ignora también a quienes acuden a los bares cuando terminan sus recados, compras o gestiones, y que todas estas actividades terminan a eso de las ocho, cuando a algún lumbreras se le ha ocurrido que cierren los bares.
La medida, además de lesiva para quienes están a los dos lados de la barra, (sentados en sus mesas los de uno, y ojo avizor los del otro), supone un estress adicional a la ya de por sí compleja labor del hostelero. Ya no basta con controlar el aforo, con conseguir que todos se sienten, con evitar los grupos, con colocar las macarillas, ventilar el local, limpiar mesas y sillas y además asegurarse de que el servicio es bueno y de que se cobran las rondas. Ahora además tenemos que conseguir desalojar amablemente a la gente que busca alguien que les atienda, y en lugar de irnos a casa todos dulcemente a la hora que ya tenemos asumida, quedarnos sin esa prolongación del hogar que para muchos es la hostelería.
Da la impresión de que la medida es una tirita de las que se ponen antes de la herida, y sólo se justifica para seguir demonizando al sector, imponiendo una norma tan absurda como complicada de llevar a cabo en la práctica. Si se quiere sancionar y dar la impresión de que el gremio es díscolo y rebelde la medida es eficaz, pero yo no he visto en estos tiempos de pandemia limitar los horarios a fábricas y otras empresas obligándoles a cerrar a las nueve y media para que sus trabajadores estén en casa a las diez. Para eso valen los permisos, para nosotros las vueltas de tuerca caprichosas y sin sentido.
Así no.
Tienen dos días para corregir el disparate y sacar un decreto en condiciones. Reflexionen quienes tengan que reflexionar.
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