El dí­a sin mi tren

Martes 4 de abril. Diez menos cuarto de la noche. Tras una breve carrera por la calle Dato, llego a la estación. Mi objetivo, volver a casa. Una taquilla ocupada, la otra vací­a. Llega el tren. Subo las escaleras que dan acceso al andén. Hora de salida, 21.50. El caso es que… llegando a la última escalera veo cómo el tren arranca. Miro mi reloj. Las 21.46, digo huyyy, qué raro. Pregunto a un revisor que andaba por ahí­ y me dice… ¿pero no te ha dicho nadie nada?; ¿de qué?, digo yo; de la huelga; huelga, ¿qué huelga? La huelga fantasma, me digo yo.

Seguir leyendo